Continuando en Bollywood esta vez le toca le turno a una película que personalmente me gusto mucho, Ab Tak Chappan, del por aquel entonces debutante Shimit Amin y bajo la supervisión y producción del maestro del género Ram Gopal Varma.
En Ab Tak Chappan nos encontramos con Sadhu Agashe un inspector al frente de la unidad especial de la Policía. Célebre por perseguir a los mafiosos más peligrosos de las calles, la gente ha empezado a llamar a su equipo “la policía de los bajos fondos”. El objetivo de su unidad es simple: si no hay cargos para acusar al criminal, hay que liquidarlo sin hacer preguntas. Su nombre se asocia al de un héroe y por eso sus jefes le dejan actuar a su antojo. Con todo, su integridad está más allá de todo cuestionamiento. Sus métodos son especiales pero su lealtad a la Policía es irreprochable, tanto que los intentos de soborno del mafioso Zameer Zafar caen siempre en saco roto. Con una lista de 56 muertos a sus espaldas –dato al que hace referencia el título del film– Sadhu va a enseñarle al recién llegado Jatin Shukla en qué consisten “sus métodos”.
Lo primero a destacar es como esta premisa no es realmente nada original, un policía duro y sucio en sus métodos pero igualmente integro que se enfrenta a su propia elección de la vida. Por si fuera poco en la época de su estreno en India las cintas policiacas habían dominado el mercado de género y esta era básicamente una más. Lo que la distinguía del resto era su crudeza visual y temática, Shimit Amin construye un relato en ocasiones casi costumbrista de la vida de Shadu y sus relaciones con sus compañeros y trabajo, y aunque para Shadu pegar un tiro a un criminal es algo asumido como parte de su vida, algo casi sin importancia, esto hace que el ritmo sea lento, pausado, y solo en ciertos momentos empiece a verse el conflicto real, sobre todo en la segunda mitad de la cinta.
Como comentamos la sobriedad y crudeza de la película es su marca característica, las relaciones personales de Shadu y de sus compañeros se tratan de una manera sutil, la familia o el amor pasan por pantalla sin marcar realmente un acontecimiento en la pantalla, todo queda reducido al realismo de la vida, la vida del policía. Y en la India la temática de la policía suele ir relacionada a la temática de la corrupción. Este tipo de cintas de género siempre nos muestran a un sector de la policía como corrupto, incluso aunque sus ideales sean los correctos. Aquí los métodos no son limpios, las altas esferas son más que dudosas y la rivalidad entre compañeros por el mero reconocimiento mediático o la envidia es un lastre para el cuerpo, aun así el trabajo se hace y los métodos han de ir acorde a los criminales.
Nana Patekar reivindica un puesto entre los grandes actores de la india con su gran interpretación de Shadu Agashe. Enfrente suyo dentro del cuerpo nos encontramos con Yashpal Sharma muy plano y anquilosado, bastante normalito, y con un sorprendente Jeeva haciendo del comisionado y que cada vez que se enfrenta en pantalla con Nana produce unos efectos electrizantes y potentes.Como mafioso tenemos a Prasad Purandhare, cumpliendo muy bien con su papel, aunque un pelín infantil en su interpretación.
El apartado técnico es si duda el punto fuerte de la película, con una edición magistral que nos ofrece un resultado inmejorable, una cámara mas que correcta y una banda sonora fuerte y bien sincronizada.
En definitiva esta es una película cruda y realista, directa en su tratamiento de las situaciones y los personajes, esto hace que se salga muy mucho de los canones del cine indio y que que como mero producto de entretenimiento sea más complicada. Pero tiene su público, y seguro que entusiasmará a muchos, entre los que me incluyo.
La sesión doble de esta tarde continuaba con una de las magnas obras de la literatura llevada la cine indio, la adaptación del Otelo de Shakespeare Omkara, película dirigida y guionizada por Vishal Bhardwaj, quien ya había adaptado años antes Macbeth a la gran pantalla india.
Omkara, apodado Omi, es el líder de una banda de maleantes que, entre otros menesteres, hacen el trabajo sucio para un político local. En un mundo implacable y lleno de enemigos, Omi cuenta con la lealtad incondicional de sus dos mejores hombres: Langda Tyagi y Kesu. Sin embargo, el equilibrio de la organización se rompe cuando Omi nombra a Kesu como su lugarteniente. Con el orgullo herido y un resentimiento creciente, Langda comienza a maquinar una venganza cuyo principal instrumento será Dolly, la mujer de su jefe.
La dificultad de esta película es clara, primero adaptar una obra como Otelo a la india actual, luego adaptar todo el melodrama que subyace a la misma a una película que debe buscar en el fondo el entretenimiento de la gente que va a verla. En mi opinión el director resuelve muy bien estas 2 facetas. El guión es simplemente impresionante, perfectamente medido en muchos aspectos, un guión que sabe captar toda la esencia del drama Shakespeareano pero rebajándola en su punto justo y construyendo un telón de fondo encuadrado en el ambiente de intrigas políticas que da una verosimilitud y realismo al conjunto muy interesantes. Y si por algo destaca Omkara es por ser una película de escenas, escenas bien pensadas y bien realizadas, que nos van llevando por el camino de la tragedia. Con cada giro argumental, con cada nuevo hilo de la red la película gana enteros.
El reparto también uno de los puntos fuertes de la película, pero con algunas salvedades, principalmente con Ajay Devgan, cuya típica pose inexpresiva no me termina de trasmitir la duda, la angustia y la frustración que hubieran sido deseables, aún así no resuelve mal el personaje. Por otro lado el protagonista indiscutible de la película es Saif Ali Khan, con una interpretación digna de cualquier premio, sobre el recae el personaje traicionero y desquiciado de Langda. Este personaje es alguien con 2 caras, alguien ruin y manipulador que ofrece 2 rostros muy distintos par sus propios intereses, Saif ha sabido aunar estos dos rostros de manera que parezcan la misma persona, que muchas veces no veamos el final de uno y el comienzo del otro. Con respecto al resto del reparto destacar también a Kareena Kapoor como Dolly, un personaje rebajado dramáticamente con respecto a la Desdémona de la obra original, para no sobresaturar al público, en el que Karina saber calibrar muy bien sus emociones. Vivek Oberoi como Keshu tiene una presencia limitada pero resuelve muy bien su papel. Rajju es otro personaje interesante y Deepak Dobriyal hace una gran interpretación en él.
El resultado final es una película técnicamente sobresaliente e interpretativamente interesante, con un gran guión lleno detalles y escenas que nos mantendrá pegados a la pantalla y del cual disfrutaremos muchísimo. Un gran drama Shakespeareano más que digno.
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