Good for Nothing (ROKU DE NASHI)
Director: Kijū Yoshida
Guionista: Kijū Yoshida
Intérpretes: Masahiko Tsugawa (Jun Kitajima), Yusuke Kawazu (Toshio Akiyama), Hizuru Takachiho (Ikuko Makino), Shoji Yasui (Shin’ichi), Kakuko Chino (Hisako), Masao Mishima (Kensaku Akiyama), Isao Sasaki (Cantante_Singer)
JAPÓN_JAPAN. 1960. 35 MM. B/N_B&W. 88’
Allá por 1960 la importante productor cinematográfica Shochiku decide apostar por jóvenes promesas, muchas de ellas nombradas como asistentes de directores ya consagrados, para competir con la creciente influencia televisiva y atraer así a más público. Lo que no sabrían es que algunos de sus fichajes traerían una peculiar forma de ver las historias y el propio cine, muy influenciados por el cine europeo (sobre todo Francés) y crearían la conocida como “Nouvelle Vague de la Shochiku”, en una nueva ola cinematográfica que rompería muchos estándares cinematográficos de la época. Allí estaban Nagisa Oshima, Mashahiro Shinoda y como no, Kiju Yoshida.
Con guión propio, el director se lanza a narrar una amarga historia de juventud, donde 4 compañeros universitarios vagan sin rumbo por la ciudad, donde la juventud está hastiada de la propia vida y sin ambiciones, da igual su estatus social o poder adquisitivo. Una juventud perdida y sin futuro en contraposición al brillante futuro en que se vio inmerso el país durante la recuperación económica de la posguerra que se había producido hasta la fecha.
Esta es la primera película que dirige Yoshida y podríamos decir que es toda una declaración de intenciones, innovadora en la temática mostrada dentro del momento histórico japones y en la forma de mostrarla, muy influenciada por el propio cine francés y muchas veces comparada con “Sin Aliento” Jean-Luc Godard. Yoshida realiza una labor de direcciono realmente notable, con una puesta en escena por momentos poco convencional, usando la cámara de manera fluida y los diálogos como punto central de muchas escenas. Si bien el nivel actoral es bueno, a mi me costo un poco pillarle el ritmo, ya que los personajes llegan a ser tan planos y hastiados (cosa hecha a propósito a mi parecer para realzar el nihilismo que tienes todos ellos) que pueden llegar a ser un poco desesperantes. Incluso los personajes aparentemente más maduros terminan sucumbiendo al aburrimiento del momento.
En fin, una primera obra interesante, curiosa y muy bien realizada, a la que a mi particularmente me costó un poquito entrar por temática y desarrollo, pero no por la propia película.
Blood is Dry (CHI WA KAWAITERU)
Director: Kijū Yoshida
Guionista: Kijū Yoshida
Intérpretes: Keiji Sada (Takashi Kiguchi), Mari Yoshimura (Yuki Nonaka), Shin’ichirō Mikami (Harada), Kaneko Iwasaki (Ikuyo), Masao Oda (Kanai), Yuko Kashiwagi (Yoko)
JAPÓN_JAPAN. 1960. 35 MM. B/N_B&W. 87’
La segunda película que pudimos ver de Yoshida en el Cines del Sur también es la segunda película que dirigió para la Shochiku. No me cansaré de repetir el lujo que es ver este tipo de películas en pantalla grande y en 35 mm, como debe verse cine.
Yoshida construye en esta película un guión con bastante similitudes a la película “Juan Nadie” (Frank Capra, 1941), en donde tras ser despedido un hombre decide suicidarse delante de su jefe y sus compañeros que están en su misma situación. Tras salir vivo una joven publicista decide utilizar su imagen para promocionar una compañía de seguros de vida. Aquí veremos un hombre inseguro, casi desesperado por su situación, un hombre que poco a poco se irá creyendo su propio papel de estrella, convirtiéndose en lo que representa hasta las últimas consecuencias.
Durante la película tendremos una extraña sensación, una sensación de estar viviendo en primera persona lo que estamos viendo en pantalla, y es que el tema no podría estar más de actualidad. El suicidio ante una situación desesperada, la falta de escrúpulos de muchos medios de comunicación, la manipulación mediática, los montajes publicitarios… todo son temas que vivimos día a día en las lindes televisivas y todos son temas que son la base de esta película.
Yoshida sigue explorando su estilo visual, jugando con los planos, con los movimientos de cámara, perfilando un estilo que ira convirtiéndose en cada vez más experimental y falto de linealidad conforme nos acerquemos a los 70.
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