No nos hemos olvidado de nuestro repaso asiático a todo lo que pudimos ver en nuestro viaje al Udine Far East Film Festival. Seguimos de forma cronológica con lo que pudimos ver el día 29 y 30 de abril, cinco compuestas por un drama legal coreano, una muy local cinta de acción hongkonesa, un drama juvenil sobre jóvenes descarriados, un drama agridulce japones sin mucha trascendencia y una confusa y en general mala película de bomberos. Adelante con ello.
The Attorney
YANG Woo-seok, 2013
El debut como director de Yang Woo-seok, quien también se encarga de escribir el guión, no podía haber salido mejor, y es que The Attorney es una de las películas más taquilleras del pasado año en Korea. En parte drama legal, en parte retrato histórico, en parte denuncia social, adapta de forma libre hechos reales acontecidos durante los primeros compases de la década de 1980.
El guión se centra en la figura del joven Song Woo-seok en la década de 1970. Corea del sur vive en una inestable democracia y con una continua guerra fría contra el norte, y Song, a pesar de no tener estudios, monta un negocio de representación legal de bienes raíces. Los inicios son duros, pero tras un gran esfuerzo Song termina ganado mucho dinero y teniendo una vida cómoda, aunque no olvida sus orígenes humildes. Asi llegamos a los 1980 y a la proclamación de una nueva dictadura, Song es menospreciado por sus compañeros de profesión por no tener estudios, y se enfada enormemente cuando los estudiantes salen a la calle a protestar, desperdiciando el tiempo de estudio que el no pudo tener.
En esta primera parte la película avanza entre el drama y la comedia ligera, presentando a un personaje magníficamente encarnado por Song Kang-ho, que tiene gran culpa del resultado final de la cinta. A esto se le añade ese toque de representación política e histórica de la Corea de la dictadura, recordándome (solo ligeramente y salvando muchísimo las distancias ya que son dos películas muy diferentes) a National Security, que pudimos disfrutar el pasado año en Sitges.
Pero entonces se produce la detención de unos estudiantes entre los que se encuentra un conocido de Song, y tras ver los métodos poco limpios con los que se les trata y las torturas que reciben, decide defenderlos en el polémico juicio que se debe realizar.
En esta segunda parte el drama se radicaliza y la película se acelera, explorando un tema que tristemente en la actualidad sigue vigente en muchos países, hasta donde es capaz de llegar alguien en el nombre de la seguridad nacional. Esta pregunta se encarna en el Inspector Cha, jefe de los servicios anticomunistas del régimen.
En definitiva, una película interesante, con unas premisas quizás locales pero un mensaje muy universal.
Firestorm
Alan YUEN, 2013
Una de las últimas películas de accińo de Hong Kong venía precedida de críticas, sobre todo en Berlin, que la calificaban como una de las mejores cintas de acción de los últimos tiempos. Para mi es una relativa decepción, una película donde la trama es una escusa y la acción lo supedita todo, pero con muchos puntos oscuros que no la hacen tan buena como debería.
El argumento general gira en torno a Lui Ming-chit, al cual da vida Andy Lau, un policía recto y de alta moral, que gusta de cumplir las normas y tiene unos principios muy definidos. En un caso se ve envuelto en un supuesto accidente provocado por unos criminales que asaltan furgones blindados, descubriendo que un antiguo compañero suyo parece estar con los malhechores, y presenciando la muerte de un civil inocente. A partir de aquí comienza una persecución infatigable por parte de Lui, que incluirá persecuciones, tiroteos, infiltrados y mucho más.
Y es que Firestorm es una película que nos traerá a la mente ese cine tan típicamente hongkonés donde el guión poco importaba y solo importaba la acción, una historia simple que es la excusa para los tiroteos, los accidentes y las explosiones. El problema aquí viene en que a veces se quiere hacer una película verosímil, con tácticas policiales, algo de realismo en los tiroteos, etc… y en otras ocasiones, muchas en realidad, se les va de las manos y la acción crece de forma incontrolada, los policías llegan de una punta de Hong Kong a otra en un instante, a Andy Lau le explota un coche en la cara (o se tira de un edificio, o le pegan 6 tiros) y se vuelve a levantar a por más prácticamente sin despeinarse… vamos que tiene aguante. Aparte hay que hacer una mención a los horribles efectos digitales utilizados en los disparos, que casi parecen rayos láser de la guerra de las galaxias, a mi me sacaron cualquier halo de realismo de encima, pero entiendo que esto es un poco personal.
En el apartado interpretativo ahí tenemos la eterno Andy Lau haciendo prácticamente de él mismo, con su pose de costumbre y una especie de malsana obsesión con la sopa (que llego a creer que es algún tipo de chiste interno que no entendí), acompañado por Hu Jun y Lam Ka-tung, peor sin nada realmente destacable en este apartado.
No hay mucho más que destacar que la acción a ratos buena a ratos loca, la película se desarrolla un poco plana y si nos dejamos llevar lo pasaremos bien, sino nos parecerá un poco regulera… hasta que lleguemos al final, una de las cosas más memorables que he visto en años… increíble, no diré nada más.
May We Chat
Philip YUNG, 2014
Leímos en algún sitio, el catalogo del festival creo recordar, que esta película era un drama juvenil que mostraba fielmente los problemas de la juventud hongkonesa, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que trasmite muchos temas candentes presentes en cierta parte de la juventud más excluida y “pasota” de la excolonia británica, pero el crítico metido a director Philip Yung llena la película de sordidez y lo lleva todo un poco al extremo.
May We Chat trae al nuevo siglo una historia conocida para el público más veterano de Hong Kong, ya que tiene una relación más que circunstancial con la película de 1983 Lovely Fifteen, un drama criminal sobre jóvenes descarriados, que está presente en esta película en temática, en varios flashback con imágenes de aquella y en que dos de los jóvenes de aquella son los veteranos de esta, dándole un aire de comparación de los problemas generacionales para aquellos que han visto ambas.
El trío de jóvenes protagonistas, una sordomuda que ejerce la prostitución, otra que trabaja de chica de compañía y una niña rica que juega con las drogas, se relacionan principalmente por la aplicación móvil WeChat (que da nombre a la película), y la desaparición de esta última hace que las otras dos se decidan a buscarla. Este periplo se llena de sordidez y toca temas cuanto menos comprometidos como los jóvenes que se venden sexualmente para comprarse caprichos, la desafección de la juventud, las mafias y los coqueteos con la droga. A pesar de todo, de ese punto de vista cínico sobre la juventud actual, aún se cree en el poder de la amistad y el sacrificio, lo cual deja un halo de esperanza en el futuro.
Una puesta en escena elegante a la vez que algo oscura, de bajos fondos, para una película que al menos a mi no me dijo demasiado pero que no me aburrió en absoluto y me mantuvo interesado. No quiero terminar sin mencionar al trío protagonista, que encarna muy bien sus respectivos papeles teniendo en cuenta que han salido prácticamente de la nada.
Tamako in Moratorium
Nobuhiro YAMASHITA, 2013
Ya os comentaba en pasadas entregas que este año Udine estaba llena de comedias tanto con gracia como sin gracia, pero la cosa es que gran parte de las películas japonesas que vimos en el festival se adscribían a estas lindes, películas en las que aparentemente no sucede demasiado, un planas. Y tampoco podía faltar el consabido dramedy (que aún no me queda excesivamente claro que significa aunque entiendo que es una especie de mezcla de drama y comedia pero en un tono natural y no buscado, con historias simples y humanas, un drama agridulce que dirían algunos.) que en esta ocasión viene de la mano de Nobuhiro Yamashita, director conocido por películas como “Linda, Linda, Linda”.
Aquí no encontramos a Tamako, una joven estudiante que al graduarse en la Universidad de Tokio vuelve a su ciudad en una zona rural de Yamanashi, donde se toma una especie de año sabático (de ahí la moratoria del título) en la que lo único que hace es ayudar, y no mucho, a su padre en su pequeña tienda de artículos deportivos y vaguear todo el día. Sin más, esa es la frase, porque no es más que esto.
La película se estructura en una especie de capítulos que marcan las 4 estaciones, y que representan ciertos cambios en la actitud de Tamako y sus encuentros y relaciones durante ese tiempo. La película se desarrolla de forma natural y simple, con un acercamiento muy ligero a la comedia de situación pero desde un punto de vista muy japones, dejando que el melodrama familiar se produzca solo, sin meter elementos forzados. Un acercamiento amable y simpático, pero con un ritmo lento, aunque realmente no aburrido si conectas con esta muchacha y su vida.
En fin, una película sin mucha trascendencia, al menos para mí.
As the light goes out
Derek KWOK, 2013
El pasado año en Hong Kong las películas de desastres con incendios y bomberos han sido protagonistas, compitiendo esta misma que hoy tratamos y Out of Inferno de los hermanos Pang. Se ha hablado mucho de cual de las dos es mejor, o peor, y parecía que esta era la buena… pues si esta lo era, no quiero saber como es la de los Pang.
La historia comienza, como no, con un incendio en el que la dudosa actuación de los bomberos provoca que los retiren del servicio por negligencia, a todos menos a uno que llega a convertirse en alguien dentro del cuerpo. Pasados los años un triste día todo se conjuga para crear la tragedia, un grupo de jóvenes bomberos entran al cuerpo y han de apagar un incendio en una planta química, con la presión de que se observa sus movimientos por parte de una inspección. Por otro lado un colegio visita la central Nuclear que abastece Hong Kong, y entre los que se encuentra el hijo de uno de los bomberos. Y lo evidente sucede, incendio en la central y entre que unos quieren demostrar su valía y otro rescatar a su hijo… imaginaos.
Realmente la película no empieza mal, es más empieza muy bien, con buena acción y efectos digitales, un “falso” anuncio con Jackie Chan como protagonista que creo que todos queremos que se convierta en largometraje, y un desarrollo adecuado para una película de desastres. A esto hay que sumar el gran elenco actoral seleccionado, encabezado por Nicolas Tse, Shawn Yue o Simon Yam, que últimamente me encanta con sus caracterizaciones. Pero todo esto explotará y de que manera.
La historia deriva sin mucha trascendencia hasta el incendio principal, y allí todo se va al garete, la música, compuesta por el incombustible Teddy Robin que todos deberíais recordar como ese excéntrico maestro en la anterior producción de Derek Kwok, Gallants, de épica se vuelve cansina y atronadora, no pega con el conjunto y casi molesta. Los planos y el montaje hacen que no te enteres que está pasando, los actores van casi siempre tapados y no sabes quien es quien, es más solo se reconoce a Simon Yam y porque se quita la mascara. La cosa continua con unas formas de actuar inverosímiles y unas situaciones rocambolescas donde el humo parece ser el único gran enemigo. Confusa es el menor de los calificativos que se merece.
En serio, no se como alguien que ha dirigido la nombrada Gallants o Journey to the West puede dirigir esto, desaprovechar tantísimo unos actores de nivel y hacer un producto tan confuso y con tan mal resultado.
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