Hoy finalizamos nuestro repaso por las adaptaciones del manga de Lone Wolf and cub a la gran pantalla dentro de la saga Baby Cart. Quiero recordar que estos artículos no pretenden analizar en profundidad ni el manga ni las películas, sino más bien divagar un poco sobre la propia adaptación, desde el punto de vista del lector del manga. Ya hemos analizado hasta la tercera película de la saga, hoy concluiremos nuestro viaje.
En la cuarta película de la saga, Baby Cart in Peril (cuyo titulo aproximado es Heart of the Parent. Heart of the Child) el lector del manga puede disfrutar de varias historias clásicas entretejidas. Básicamente se desarrolla el texto completo de “Performer” (VoL 4) a lo largo de la película, si bien se mezcla con otra gran historia del volumen 4, “Parting Frost”, donde Daigoro escapa de un gran incendio en un campo de hierva seca enterrándose en el barro. Sin embargo el samurai implicado en este suceso es Gunbei Yagyu, y también vemos entonces, a modo de flashback, la escena “The Infinite Path” (Vol. 8), donde Itto se convierte en Kaishakunin. Es interesante ver como los personajes y las escenas se unen para crear un desarrollo común mientras se da al lector del manga una buena dosis de detalles que recuerdan haber leído, aunque a veces extrañamente desordenados. Las cosas empiezan a ir mal cuando Itto decide perdonarle la vida a Gunbei después de vencerlo, pero eso se compensa con el gore que poco después hace su espectacular presencia en el ataque de un grupo de ninjas a Ogami mientras descansa en un templo, chorros de sangre, miembros por los suelos… de todo un poco. Quizás un poco demasiado, ya que en estas películas a veces se dejan de lado muchas cosas en pos de temas mas sensacionalistas, véase la sangre y cierto exploit. De todas formas no es anormal que muchas películas tomen estos caminos con la simple intención de entretener. Dicho esto es importante ver estas películas como entretenimiento, y no como una expresión puramente artística. Esta entrega finaliza con una familiar escena de batalla, donde Ogami se enfrenta a un ejercito Yagyu. Aquí vuelven a aparece armas de fuego e incluso Itto lanza algunas granadas a sus enemigos, se vuelve a optar por escenas sensacionalistas para entretener.
La quinta película, Babycart in the Land of Demons, o simplemente Meifumado, es un claro ejemplo de lo confuso que puede ser mezclar demasiadas cosas en una película. La base de la película es una mezcla de la historia “Castle of Women” del volumen 15, y “Kyushu Road,” del volumen 14, además de “Shattered Stones” del volumen 12. Por si esto no fuera suficiente se añaden a la mezcla elementos de “The Gateless Barrier” (Vol. 2), y “Penal Code Article Seventy-Nine” (Vol. 7). Por supuesto los nombres de los capítulos no dicen mucho, en “Castle of Women” el lider de un Han intenta engañar al shogun para que crea que su hija es un varón y así poder mantener el clan. “Kyushu Road” involucra a un grupo de asesinos enmascarado y un oficial de un Han que intenta ascender de posición. En “Stones Shattered” un samurái quiere vengarse de su esposa por abandonarlo para ser concubina de su señor. La mezcla de estas tres historias conforman la línea argumental principal, pero luego surgen otros elementos. Aparece el monje de “Gateless Barrier”, pero es corrupto e Itto lo mata de una manera absurda. Incluso Daigori tiene su pequeña aventura ayudando aun carterista proveniente de la historia “Penal Code”. En realidad la parte de la película basada en esta historia es casi lo mejor de la misma, muy bien realizada y con Akihiro Tomikawa dando vida a Daigoro de forma muy fiel. Esa escena casi salva la película, pero la confusión es demasiada para los que busquen una comparación lógica con el manga. Una vez más tenemos una gran batalla al final de la película, y en una medida sin precedentes hasta el momento.
La sexta y última película es quizás la peor de la saga. Titulada White Heaven In Hell, desde luego tiene puntos positivos, pero las escenas gore y su alejamiento de la trama del manga la hacen la peor adaptación desde el punto de vista de la adaptación. White Heaven In Hell empieza con fuerza, saltando directamente a la historia “Sayaka” del Volumen 16. En esta historia, Sayaka, la hija de Retsudo, debe utilizar su técnica de daga para matar a Itto. Por supuesto Sayaka muere bajo la espada de Itto y poco después lo harán igualmente los lectores más fieles de Lone Wolf and Cub. Antes de que comience la trama principal hay una escena en la que Ogami y Daigoro van a visitar la tumba de su esposa, madre de Daigoro, y este momento sentimental se rompe cuando Itto agarra el Babycart y dispara contra una pared matando a unos ninjas “empalados” en ella. Desde luego lo “extraño” abunda en esta película, sobre todo en le giro del guión hacia lamistica.
La línea argumental mezcla la historia “The Moon in the East, the Sun in the West” (Vol. 13), con ideas de “Incense for the Living”, además de las tácticas de “Five Wheels of the Yagyii”, ambas del volumen 15, pero sin estar conectadas con su contexto original. El pegamento que une estas partes tan dispares es una mística que proviene de la ceremonia del incienso de Yama Metsuke. Sin embargo, en lugar de enterrar a un hombre por un par de horas, entierran a tres hombres durante cuarenta y cinco días para convertirlos en guerreros parecidos a zombis que pueden enterrarse en la tierra. Esta es una adición entretenida, pero es un poco demasiado increíble para disfrutarse a fondo.
Lo que mas falsea la integridad de la serie es como se trata a Yagyu al final de la película. No es menester hacer spoilers, pero el final de la película nada tiene que ver con el del manga, ni trasmite las mismas emociones o sensaciones. Es más, viendo el final de la película el lector del manga puede pensar que aun habiendo visto muchas escenas similares a la historia principal a los largo de las películas, esta no es una representación justa del manga. De hecho las diferencias entre las películas y el manga son suficientemente poderosas para que el lector más acérrimo se acerque a las mismas con la intención del puro entretenimiento ligero, y no buscando un profundo cuento moral, del peso que contiene la lectura del manga. Después de todo ambos medios, película y manga, aunque similares en algunos aspectos, trabajan de forma diferente y uno nunca debe esperar una completa adaptación a la gran pantalla de un libro, a pesar de tratarse de un libro de historietas.
A fin de cuentas hay que dejarse llevar, olvidar lo que debería ser, o lo que uno esperaba que fuera, y disfrutar del resultado final y del entretenimiento que ofrecen esta serie de películas.
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