Finalizamos hoy nuestro repaso a todo lo que pudimos ver en el pasado Udine Far East Film Festival. Nuestras últimas películas fueron dos comedias delirantes, una de Hong Kong y otra de Tailandia, un thriller japones con acabado de televisión, una película coreana sobre terroristas y un homenaje al cine de acción filipino de los 60. Solo decir que espero que este repaso os haya resultado interesante, que si veis estas películas las disfrutéis y que sigáis viendo cine, que de eso se trata.
The Snow White Murder Case
Yoshihiro Nakamura, 2014
Otra película japonesa en este FEFF y en esta ocasión no es una comedia rara o una película costumbrista, sino un thriller de asesinatos dirigido por Yoshihiro Nakamura y basado en una novela de Kanae Minato, cuyos libros ya han sido adaptados al cine con gran éxito como es el caso de Kokuaako (Confessions, Tetsuya Nakashima, 2010).
La historia comienza con un cadáver que es localizado apuñalado y calcinado en un bosque. El cuerpo resulta ser de la guapa Noriko, que trabajaba en una empresa de cosméticos. Cuando una periodista decide investigar el caso y empieza a entrevistar a sus compañeros de trabajo descubrirá una serie de nexos de unión, motivaciones y posibles sospechosos, entre las que destaca Miki, a la que rápidamente se le acusa de todo y se produce un escarnio público hacia ella. Pero, como es habitual, no siempre lo más claro es lo más cierto.
A los japoneses les gusta en cierto modo lo rocambolesco, las historietas en donde se producen asesinatos desconcertantes, donde el criminal es rebuscado y nada convencional o “realista”, y este sigue esa línea de actuación. La película juega con el thriller del asesinato, pero también con una aparente critica hacia el amarillismo de los medios de comunicación, insertando además unas ciertas dosis de humor negro a la mezcla. Todo podría quedar muy bien sino fuera por lo plano del resultado final, sin excesos en lso sentimientos o en los dramas y con un resultado de telefilm que hace parecer que la película no llega a la categoría cinematográfica y se queda en la televisiva (lo cual no es negativo, pero si tiene ciertas connotaciones).
Una película que no aburre y que puede hacernos pasar un rato entretenido, sin muchas más pretensiones.
From Vegas to Macau
Wong Jing, 2014
Me lo habéis leído varias veces ya en esta serie de comentarios sobre las películas del pasado FEFF, pero es que este año nos hemos metido una buena dosis de comedias para el cuerpo con dispar resultado. Quizás esta es la película que más me ha hecho reír de todo le festival, y es que la comedia de situación china con toques Mo Lei Tau (comedia de conversación absurda) y acción es una apuesta ganadora.
Wong Jing es una institución en el cine de Hong Kong y quizás uno de los pocos directores/productores capaces de copiarse a si mismo y dar vueltas y más vueltas sobre un tema con relativo éxito. En este caso recupera el concepto de comedia de jugadores y estafas, creando una especie de cuarta entrega de la conocida saga God of Gamblers y devolviendo a la comedia cantonesa a Chow Yun Fat, interpretando a ese icónico personaje que naciera en 1989.
Aquí nos encontramos a Benz (Benz Hui), su hijo Cool (Nicolas Tse) y su sobrino Karl (Chapman To), que se dedican a estafar a mafiosos para luego denunciarlos. Un día reciben la invitación al cumpleaños del viejo amigo de Benz, Ken (Chow Yun Fat), el multimillonario rey de los jugadores, que ha regresado a Macao. Por otra parte el hermanastro de Cool, Lionel (Philip Ng), es un policía infiltrado que ha grabado evidencias antes de ser descubierto y asesinado, evidencias que terminan en un oso de peluche. Durante la fiesta de cumpleaños todo empezará a enredarse y el peluche acabara en manos de la hija de Ken (Kimmy Tong), que es pretendida tanto por Cool como por su primo, poniéndola en peligro.
Y así se suceden los acontecimientos, mezclando comedia de situación con el toques de Mo Lei Tau (comedia de conversación absurda), con algunos puntos locales pero disfrutable por el gran público. A esto le sumaremos mucha acción llenas de batallas en ocasiones extravagantes y curiosas, partidas de cartas entre estafadores con los resultados más insólitos y partidos de fútbol amañados (casi todos ellos con España como protagonista). Chow Yun Fat saca su cara de cómic, su sonrisa forzada y enorme y así lo veremos durante toda la película, Nicolas Tse y Chapman To apoyan la acción y al comedia (respectivamente) a partes iguales y el desarrollo es ágil y divertido, con poca tregua.
Ya lo comentaba antes, una de las películas con las que más me he reído del festival (con permiso de Naked Ambition y Pee Mak). Altamente recomendada, sobre todo si aceptas bien la comedia china.
Pee Mak
Banjong Pisanthanakun, 2013
Pee Mak es un cuento de terror popular tailandés, y he de reconocer que esta premisa me daba un miedo terrible. Tal y como pasó en la era post-Ringu, en la que Japón y luego Corea se llenaron de películas de terror con fantasmas variados a cada cual peor que la anterior, Tailandia y el sudeste asiático viven un apogeo de este tipo de subproductos comerciales, dando una y mil vueltas al cine de fantasmas juvenil. Cuando os hablaba de Brontosaurius Love en crónicas anteriores ya os comentaba como aquella tenía una crítica a este sistema cinematográfico. Pero lo que realmente me hacia sentir ganas de verla es que esta Pee Mak había estado presente en casi todos los premios de su país, incluidos los de la crítica, y me hacia sentir que algo debería tener.
En la leyenda original Nak es una mujer embarazada que se queda sola en casa mientras su marido Mak se va a realizar el servicio militar. Ella muere durante le parto junto con su bebe peor insiste en seguir viviendo con Mak después de la guerra y lo espera en forma de fantasma. En esta ocasión la comedia de situación y de gags se mezcla con ciertos toques de terror mostrándonos a Mak y varios compañeros de batallón que vuelven a casa.
La comedia lo impregna todo, gags de situación donde un inocente Mak, pecando casi de imbécil, no se da cuenta de lo que sus compañeros si, que su mujer no parece todo lo normal que debería. La historia se llena de gags de humor, comedia de situación y puntos realmente graciosos, además de una halo de irrealidad que hace le conjunto más gracioso si cabe, anteojos, latas de coca cola… pero si eso no existía en la época que se supone se desarrolla la historia, pero que más da. Solo esas primeras escenas de guerra con ese grupo de jóvenes con peinados estrambóticos ya es delirante en si misma, parece que en cualquier momento van a gritar “corten” y va a ser todo un montaje inesperado… Pero esto que comento no es malo, sino todo lo contrario, le da un carácter irreal y delirante a la película, todos sus fallos y sus aciertos creo que trabajan en el mismo sentido, el de hacer reír (y pegarnos algún sustillo también, que para eso tiene su toque de terror).
Bien es cierto que aquellos que no gusten de la comedia absurda puedan no disfrutarla, pero creo que teniendo ganas de reírse, sin más, esta película es una apuesta segura.
The Terror Live
Kim Byung-woo, 2013
He de aclarar que con esta película no voy a ser imparcial, bueno realmente no lo soy nunca pero creo que todos tenemos nuestras fobias cinematográficas, esas cosas que al aparecer en pantalla nos hacen ponernos en guardia, ser más críticos de lo normal, o incluso sacarnos de la ficción. Pues eso me sucede a mi con ciertas películas sobre terroristas. Y es que estoy harto de terroristas con un poder inverosímil, que saben por ciencia infusa o poderes paranormales, donde, cuando y como va a estar su víctima, que si hay 100 aparaticos saben que cogerás el quinto a al derecha y ya te tienen en sus manos… esta sensación se me agrava cuando el terrorista es alguien “amateur” y me termina de entrar hasta el mal humor cuando en ciertos momentos hasta se simpatiza, de forma inverosímil, con sus premisas, en plan sensacionalismo barato y moralina antisistema de baja estofa… pero creo que estoy hablando demasiado, mejor intento hablaros de la película.
Yoon Young-hwa ha sido un prestigioso periodista que ha acabado en una pequeña cadena de radio presentando el show de la mañana debido a un escandalo sentimental. Cierto día recibe una llamada un tanto extraña a la que no presta mucha atención, pero a los pocos minutos esta persona vuelve a llamar amenazando con hacer volar el puente Mapo. Cuando efectivamente el puente estalla Yoon ve su oportunidad y quiere trasmitir en directo una entrevista con el susodicho y volver a recuperar su prestigio.
Realmente la película comienza y se desarrolla bastante bien si uno es capaz de abstraerse de ese poder “omnipotente” del terrorista. Ha Jung-woo lleva magníficamente el paso de casi toda la película, y no es fácil estar tu solo en un estudio radiofónico, trasmitiendo esa claustrofobia, ese “poder inevitable” que representa el terrorista. En general todo es correcto y la producción es buena, falla el desenlace final, peor no voy a contar nada porque debéis descubrirlo.
En definitiva, la película no es mala, pero mis prejuicios hacia este tipo de producciones, y que la película cumpliera todo lo que no me gusta de este tipo de cintas a rajatabla, hicieron que casi me pusiera de mal humor tras verla.
Shoot to Kill: Boy Golden
Chito S. Roño, 2013
Nuestra última película en Udine fue esta Shoot to Kill: Boy Golden, una sesión “golfa” filipina que nos presento su director, Chito S. Roño, muy conocido en su país como director popular que ha tocado casi cualquier género cinematográfico, y animal televisivo. Roño nos confesaba que quería hacer un producto que homenajeara al cine de los 60 que se producía en filipinas, un cine basado en crimen, bandas de jóvenes delincuentes, dudosos héroes, femmes fatales y muchas otras cosas, y el resultado ha sido de lo más entretenido, un clásico contemporáneo.
La historia nos traslada a la Manila de los años 60, una jungla llena de matones y bandas a la que regresa Arturo Porcuna, “Boy Golden”, el líder de una antigua banda que fue traicionado y dado por muerto. Arturo vuelve para vengarse, e inexorablemente buscará a los que lo traicionaron para acabar con ellos. En esta búsqueda termina asociándose con Marla Dee, una sensual mujer de armas tomar que también busca venganza contra el mismo líder que Boy Golden.
Como veis la historia no presenta nada nuevo, ni lo pretende, y la película se llena de estereotipos tanto visuales como temáticos, todos ellos premeditados, buscando que tengamos la sensación de ver un clásico, una película de los 60 traída a la actualidad. La fotografía e iluminación son clave, colores vivos, espacios clásicos, a esto hay que sumar un maquillaje forzado… todo nos traslada a otros tiempos. Las interpretaciones no son nada del otro mundo, pero los actores tienen presencia en pantalla, sobre todo Boy Golden y Marla. Los diferentes personajes están muy prototipados, el malo es el más malo, Marla es la femme fatale clásica de las películas de acción juveniles y Boy Golden es una especie de antihéroe, que vira desde el gangster de los “años 20” al motero con tupé y chupa de cuero más digno de los 60 y 70. Por su parte la acción no es tampoco algo muy destacable, pero tiene sus momentos, además que tendremos momentos agresivos y con sus dosis de sangre… Pero realmente lo que tiene fuerza es el conjunto, todos estos elementos se dirigen y se ejecutan con cierta maestría y uno tiene la sensación de estar viendo realmente una película clásica, con sus puntos buenos y malos, con todo lo que ellos conlleva.
Una película que ofrece diversión y entretenimiento con un estilo clásico. Un broche final más que digno para nuestro periplo festivalero.
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