Chieko Matsubara fue una de esas grandes estrellas que predominaron en la década de 1960 ligadas al estudio Nikkatsu. Una actriz bella, competente y que supo destacar en el cielo estrellado de aquellos años. Chieko apareció desde abajo para convertirse en un referente que difícilmente puede ser olvidado por los aficionados.
A finales de la década de 1950 y principios de 1960 los estudios Nikkatsu eran los reyes en organizar concursos, normalmente relacionados con la belleza o el talento, para promocionar sus películas. Uno de ellos fue la campaña de promoción que se llevó a cabo en 1960 por el lanzamiento de “Miss 16”, con la bella Ruriko Asaoka. El primer premio de la competición era una audición para los estudios Nikkatsu y Chieko Matsubara era una de las participantes. Que ganara o no el concurso es más discutible, unas fuentes dicen que si, otras que no, pero lo que está claro es que después de este empezó a trabajar para la productora.
Chieko ya había aparecido en un film anterior, producido por Fuji Films, titulado “Hadaka no Tanima” (“Naked Valley“), aunque muchas fuentes apuntan a que su debut fue su primera película en la Nikkatsu en 1961, el drama/romance juvenil “Asu ni Mukatte Tsuppashire” (“Run for Tomorrow“). Esta primera película para el estudio fue todo un éxito y Matsubara construyó una buena interpretación, hasta tal punto que tan solo unos meses después esta actriz novel ya era portada de muchas revistas especializadas, tendencia que continuaría hasta entrada la década de 1970. La prensa, a instancias de la Nikkatsu por supuesto, comenzó a referirse a Matsubara, junto con Sayuri Yoshinaga e Izumi Masako como las “Tres Bellezas” de Japón. En un abrir y cerrar de ojos Chieko Matsubara se convirtió en una de las figuras más populares del país, siendo, tanto para hombres como para mujeres, una de las mejores representantes del ideal de “Chica moderna” de los años 60.
Aunque destacable por sus papeles románticos, Chieko resulto ser una actriz competente en casi todos los géneros de la Nikkatsu. En un momento en el que actores y actrices se encasillaban muy rápidamente, ella procuró variar sus papeles y no interpretar el mismo arquetipo de forma continuada.
La natural capacidad de adaptación de Chieko la convirtió en compañera ideal de los actores estrellas de la conocida Nikkatsu Action, apareciendo a menudo en películas junto con “Mr Dinamite”, Akira Kobayashi. Entre las más notables de estas apariciones podemos destacar la película de Seijun Suzuki “Kanto Mushuku” (“Kanto Wanderer“), y la obra de Yasuharu Hasebe “Ore ni Sawaru to Abunaize” (conocida como “Black Tight Killers“). Ambas películas – aunque totalmente diferentes en estilo y tema – son excelentes ejemplos de cine popular japonés de la década de 1960.
Otra estrella masculina de la Nikkatsu Action que también compartió pantalla en más de una ocasión con Chieko fue Tetsuya Watari. Visual y dramáticamente, esta pareja era una apuesta segura para el espectador, ideal para protagonizar la película de Seijun Suzuki de 1966 “Tokyo Nagaremono” (“Tokyo Drifter“). En esta brillante película Chieko encarna a la glamurosa cantante novia del “vagabundo” gangster interpretado por Tetsuya. Con esta película Chieko fue capaz de poner de relieve su considerable talento musical, así como presentar una imagen más sofisticada de la que la Nikkatsu normalmente le había permitido. “Tokyo Nagaremono” es probablemente la película más conocida del dúo fuera del país, sin embargo, dentro de Japón, se vio ensombrecida por la inmensa popularidad de la serie “Dai Kanbu”. Iniciada en 1968 por la excelente película de Toshio Masuda “Burai Yori Daikanbu” (“Villany of the Gang“), Watari y Matsubara mantuvieron unas buenas audiencias ligados a sus personajes en varias entregas.
Tras aparecer en casi 100 películas la actriz abandonó abruptamente la Nikkatsu a principios de la década de 1970, al igual que hicieran gran parte de las estrellas del estudio debido a su brutal deriva hacia la hiper-producción de Pinku Eiga. Habiendo aparecido en televisión desde mediados de los 60 Chieko se mantuvo algunos años en la pequeña pantalla, pero tras contraer matrimonio en 1972 sus apariciones serían cada vez más esporádicas.
Desde entonces Matsubara ha aparecido en menos de una veintena de películas. Hizo un inesperado regreso a Nikkatsu en los años 90 para aparecer en un drama romántico. Más recientemente, apareció en “Murdeka 17805“, una película de 2001 sobre el movimiento de Independencia de Indonesia justo después de la Segunda Guerra Mundial. También hemos podido verla en la película de Takeshi Kitano de 2002 “Dolls” y a partir de ese momento ha recuperado su actividad en cine y televisión hasta nuestros días, apareciendo en numerosas series de televisión y pequeños, y no tan pequeños, papeles en el cine.
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