Akira Kurosawa nació el 23 de marzo de 1910 en Oimachi en el distrito Tokiota de Omori. Menor de ocho hermanos, su padre Isamu, miembro de una antigua familia samurai de la prefectura de Akita, trabajó como director de la escuela secundaria en el Army’s Physical Education Institute, mientras que su madre Shima provenía de una familia de comerciantes de Osaka. Isamu fue un hombre abierto con las costumbres occidentales y promovía la cultura en sus hijos, pensando que el teatro o el cine tenia un gran merito educativo. Akira vio su primera película con tan solo seis años. Durante su época en primaria despertó su pasión pro el dibujo, estudiando también caligrafía y Kendo.
De entre sus hermanos, Heigo, cuatro años mayor que él, sería su mayor influencia. Se dice que durante el Gran Terremoto de Kanto en 1923, Heigo, de tan solo 13 años de edad, no permitía que Akira apartara la vista de la desolación, con la intención de que comprendiera lo dura que puede ser la vida. Cuando el hermano mayor no pudo ingresar en una prestigiosas escuela secundaria, comenzó a separarse de la familia y aumento su interés por la literatura extranjera. Pasados unos años comenzó a trabajar como Benshi (narrador de películas de cine mudo) y se independizo. El joven Kurosawa, que por aquel entonces pretendía ser pintor, fue a vivir con él. Gracias al trabajo de Heigo, Akira devoraba películas de todo tipo, y no solo eso sino también representaciones teatrales y de circo. Ambos subsistían hasta que la introducción del cine sonoro hizo obsoletos a los Benshis, llevando a los hermanos a introducirse en movimientos sindicales y reivindicativos. El joven Akira volvería con sus padres y poco después Heigo se suicidó, hecho que lo marcaría profundamente.
En 1935, los Photo Chemical Laboratories (que posteriormente se convertirían en los estudios Toho), realizaron una prueba de ayudante de cámara a la que Kurosawa se presentó, a pesar de que nunca había tenido en mente el cine como profesión. Su irónico punto de vista llamó la atención del director Kajiro Yamamoto, y con tan solo 25 años de edad Kurosawa fue contratado por el estudio. Durante los siguientes cinco años trabajaría con varios directores, pero el mas importante sería el propio Yamamoto. De las 24 películas en las que trabajo como asistente, 17 fueron de este director. Kurosawa realizaría todo tipo de tareas, desde escenografía hasta iluminación, y esto le daría mucha experiencia y una visión global de todos los aspectos de la producción cinematográfica. En su última película como asistente, Horse (Uma, 1941), Kurosawa se encargaría de casi todo el rodaje, al estar Yamamoto ocupado con otra producción.
Kurosawa buscaba una historia que se convirtiera en su primera película. Hacia finales de 1942 el escritor Tsuneo Tomita publicó una novela basada en la figura de Miyamoto Musashi, Sugata Sanshiro, el joven la compró y la leyó en un solo día, instando a la Toho a que adquiriera los derechos de la obra. El rodaje comenzó ese mismo diciembre y tras numerosas tiranteces con el comité de censura, que tras permitirle estrenarla a regañadientes, solo tras al defensa de la misma del director Yasujiro Ozu, le obligaría a recortar 18 minutos de la misma que hoy se consideran perdidos.
Su siguiente producción, The Most Beautiful, sería una película de propaganda semi-documental centrada en las trabajadoras de una fabrica durante la guerra. Kurosawa buscaba tanto el realismo que obligo a las actrices a comer y dormir en la fabrica, incluso a llamarse por los nombres de sus personajes -cosa que se repetiría a menudo en la carrera del director-. Una de las protagonistas, Yoko Yaguchi, también era el enlace “sindical” y estaba en conflicto constante con el director, cosa que parece que hizo surgir algo más. Yoko y Akira se casaron en 1945, con ella embarazada de dos meses, y su matrimonio se mantendría hasta su muerte en 1985. Durante ese mismo 1945 Kurosawa fue presionado por el estudio para que rodara la descaradamente propagasdística Sugata Sanshiro II, una de la películas más flojas del director.
Para su siguiente película el director escribiría el guión de The Men Who Tread on the Tiger’s Tail, basada en una obra Kabuki y protagonizada por el humorista Enoken, con quien había trabajado en sus tiempos de asistente. Japón ya se había rendido y los censores estadounidenses consideraban que promovía valores feudales y la prohibieron, estrenándose finalmente en 1952. Lo irónico de todo es que los censores japoneses habían opinado de ella que era demasiado occidental y democrática, y seguramente tampoco hubiera visto la luz si la guerra hubiera avanzado de otra manera.
Con la guerra finalizada, Kurosawa acogió los nuevos valores democráticos y su primera película de este periodo, No Regrets for Our Youth (1946), era crítica con el régimen pre-bélico por su represión política. Atípico para el director, el personaje protagonista era una heroica mujer de clase alta, interpretada por la conocida Setsuko Hara, que cuestiona sus privilegios en una época de crisis política. El guión tuvo que ser ampliamente reescrito y debido a su temática la película dividió a la crítica, pero fue aceptada por el público, que vio el “no regrets for…” como un eslogan de posguerra.
En 1947 estrenaría One Wonderful Sunday, una historia de amor relativamente sencilla y sentimental que narra como una pareja empobrecida trata de disfrutar, dentro de la devastación del Tokio de posguerra, de su único día de descanso semanal. También participaría como guionista en el thriller Senkichi Taniguchi Snow Trail, que sería también el debut del joven actor Toshiro Mifune. El propio Kurosawa, y su mentor Yamamoto, habían insistido al estudio para que fichara a la futura estrella.
Mifune encandiló al público en su papel de yakuza rebelde, aunque enfermo critico, en Drunken Angel (1948), considerada la primera obra maestra de Kurosawa. A pesar de que el guión, como en todas las películas del director durante la ocupación, tuvo que ser reescrito para amoldarlo a la censura, Kurosawa creía que esta fue la primera película en la que pudo expresarse libremente. Esta realista historia de un médico venido a menos que trata salvar a un yakuza con tuberculosis, fue la primera aparición de Toshiro Mifune en una película de Kurosawa, convirtiéndose desde entonces en el protagonista de sus siguientes 16 películas, exceptuando Ikiru. Sin embargo, el papel protagonista de medico alcohólico fue a parar a Takashi Shimura, un clásico de la Toho que ya había colaborado en otras ocasiones con el director -y que también protagonizaría la nombrada Ikiru-. El papel de Mifune no obstante rebosaba personalidad y carácter, y Kurosawa dejo al impetuoso actor dar todo lo que el creyera necesario en pantalla, eso le hizo ganar gran popularidad. Las película se estrenó en 1948 y obtuvo el prestigioso galardón de película del año del magazine Kinema Junpo, la primera de las tres películas del director en obtenerlo.
Kurosawa, junto al productor Sojiro Motoki y directores y amigos como Kajiro Yamamoto, Mikio Naruse y Senkichi Taniguchi, fundaron la Film Art Association (Eiga Geijutsu Kyōkai). Para us primera película el director toma una pieza contemporánea de Kazuo Kikuta y la adapta junto con Taniguchi. The Quiet Duel nos muestra a Toshiro Mifune como un joven medico idealista que lucha contra la sífilis, en un claro intento de no encasillar al director en papeles de Yakuza. Estrenada en 1949, fue todo un éxito de taquilla. Su siguiente película de aquel año, es una adaptación de una novela de Georges Simenon que le propio director realiza junto con Ryuzo Kikushima, con el que trabajaría en numerosas ocasiones. Stray Dog, explora el difícil estado de animo del Japón de la posguerra a través de un joven investigador, Mifune, obsesionado con su arma de fuego, que ha sido robada por un joven sin dinero con la intención de delinquir. Kurosawa llega a utilizar aquí material documental real del Tokio devastado por la guerra procedente de un gran amigo suyo, el director Ishiro Honda, futuro padre de Godzilla.
Al año siguiente estrenaría Scandal (1950), que narra la historia de como un tabloide japones inventa una historia sobre una cantante de opera que termina demandando al medio. En parte espejo de la experiencia de Kurosawa con los medios, en reflexión sobre la libertad de expresión y la responsabilidad personal, no convenció ni al propio director, que considera el resultado final descentrado e insatisfactorio. Pero sería con su siguiente película de 1950, Rashomon, con la que consolidó en cierta forma su posición. Guión original de Shinobu Hashimoto que adapta un relato corto experimental de Ryunosuke Akutagawa, Rashomon narra la historia del asesinato de un samurai y la violación de su mujer desde diversos, y contradictorios, puntos de vista. La película se estrenó con la crítica un poco desconcertada por la forma y su bajo presupuesto, pero sería un éxito de taquilla para el estudio.
Al año siguiente estrenaría The Idiot, adaptación de uno de los escritores favoritos de Kurosawa, Fyodor Dostoyevsky. El director traslada la acción de Rusia a Hokkaido, pero por lo demás es muy fiel al original, cosa que no fué bvista con buenos ojos por cierto sector dela crítica. El estudio obligó a recortar al película de 265 minutos a 166, y la narración queda sesgada y difícil de seguir, dejando un producto final aparentemente mutilado. A pesar de ello tuvo cierta repercusión en taquilla, seguramente por la fama de su estrella femenina, Setsuko Hara. Simultáneamente, sin el conocimiento de Kurosawa, Rashomon fue seleccionada para participar en el Festival de Venecia, y terminaría llevándose el León de Fyodor Dostoyevskyara sorpresa no solo del estudio, sino del mundo del cine occidental, que en la mayoría de los casos no tenia en mente a Japón como productora cinematográfica destacable. Esta película puso al cine Japonés en la escena internacional y abrió las puertas a que otros muchos directores locales, Kenji Mizoguchi o Yasujiro Ozu, se dieran a conocer, e incluso triunfaran, fuera del país.
Kurosawa se reúne de nuevo con su antiguo estudio, la Toho, y se pone a trabajar en su siguiente película, Ikiru, en donde Takashi Shimura interpreta a un burócrata postrado por el cáncer, que intenta buscar sentido a su vida antes de su muerte. A pesar de lo sombrío del tema, se decidió darle un enfoque satírico, una apuesta arriesgada que se saldó con su segundo Kinema Junpo a mejor película y un gran éxito de taquilla y crítica en su estreno en 1952. Al finalizar el año Kurosawa, Shinobu Hashimoto y Hideo Oguni, guionistas de Ikiru, viajaron a una posada retirada durante cerca de 45 días para crear el guión de Seven Samurai. Estrenada en 1954 tras más de un año de difícil producción, llena de problemas de financiación y la enfermedad del propio director, Seven Samurai narra historia de un pueblo agrícola, en el período Sengoku de Japón, que contrata a un grupo de samuráis para defenderse del inminente ataque de unos bandidos. A la producción se le dio un tratamiento épico completo, con un gran reparto y acción meticulosamente detallada, que se extiende a casi tres horas y media de metraje. La película vio la luz con críticas muy positivas y un gran éxito de público que le permito recuperar la enorme inversión realizada en ella, en ese momento la película japonesa más cara de su historia. De hecho su popularidad y prestigio la han llevado a ser considerada una de las mejores películas japonesas, sino la mejor, de todos los tiempos.
En 1954 los ensayos nucleares en el Pacífico provocaron un conocido incidente con un pesquero japonés y el miedo nuclear estaría más en presente que nunca. En ese momento nace Record of a Living Being, que narra como el anciano dueño de una fabrica teme tanto la posibilidad de un ataque nuclear que decide huir con toda su familia a Brasil, ante la incomprensión de quienes le rodean. Con un escaso interés pro el publico, fue una de las primeras películas del director en perder dinero en su estreno original, si bien hoy en día se la considera una de las mejores producciones en explorar los efectos psicológicos del miedo nuclear.
Para sus dos siguientes películas Kurosawa puso el foco en autores europeos: Throne of Blood (1957) adapta de forma libre el Macbeth de William Shakespeare, llevando la acción a la época Sengoku e indicando al elenco, principalmente a al actriz Isuzu Yamada, que usaran técnicas puramente japonesas -extraídas directamente del teatro Noh- para sus interpretaciones; Por su parte The Lower Depths adapta la novela más conocida de Maxim Gorky. Al contrario de la grandiosidad de Throne of Blood, esta se realiza en escasos y pequeños escenarios, lo que remarca el protagonismo de los propios personajes. Fiel a la obra original, aunque trasladada al Japón de la época Edo, es para muchos la película más subestimada de la obra del director. Estas dos producciones pasaron sin pena ni gloria por la taquilla y con diferentes reacciones de la crítica local, lo que encadenó una pequeña racha de “fracasos” que afectaron a un Kurosawa que tenía cada vez una visión más oscura de su propia carrera. Con la intención de realizar una película más amable y superar su propio estado de animo estrenó en 1958 The Hidden Fortress, una comedia de acción con toques dramáticos sobre una princesa medieval, su leal general y dos campesinos que se ven en la necesidad de viajar a través de las líneas enemigas con el fin de llegar a su región natal. Este sería todo un éxito en taquilla para Kurosawa y una reconocida influencia para películas occidentales cono Star Wars de George Lucas.
Después de Rashomon, las producciones del director se habían vuelto cada vez más caras y en parte arriesgadas, la Toho, preocupada en minimizar sus posibles pérdidas, le propuso a Kurosawa ayudar a producir sus propias películas y así nació la Kurosawa Production Company en 1959. Sin embargo, su primera película sería una arriesgada apuesta crítica con el mundo empresarial y político de Japón. The Bad Sleep Well (1960), basada en un guión del sobrino del director, Mike Inoue, es un drama de venganza sobre joven un que escala la jerarquía corrupta de una corporación japonesa solo para descubrir a los asesinos de su padre. Su escena inicial, que representa una alianza corporativa en donde irrumpen los periodistas y la policía, es considerada brillante, pero el resto de la película es decepcionante en comparación.
Las siguientes dos películas de Kurosawa se basarían en un mismo personaje, Sanjuro, un Ronin que en su primera película, Yojimbo (1961), se verá involucrado en la lucha de poder de dos facciones rivales. El director jugaba aquí en gran medida con los convencionalismos del género, desde un punto de vista muy occidental, y realizaba una gráfica representación de la violencia y la acción. La película, la primera con Tatsuya Nakadai en un papel importante para Kurosawa, fue un gran éxito, recaudando más que cualquier otra película del director, y su tono de comedia negra fue ampliamente imitado en occidente. Este éxito llevo a la Toho a pedir a Kurosawa una segunda parte, y así nació Sanjuro (1962). Adaptación de una obra de Shugoro Yamamoto, su narración de la lucha de poder dentro de un clan samurai con matices cómicos gusto más si cabe que su anterior producción. Pero los records de taquilla no se detendrían aquí, ya que su siguiente producción, High and Low (1963) -adaptación de una novela negra de Evan Hunter y donde el director quería hacer una obra de condena sobre el secuestro, el cual consideraba un crimen atroz-, volvería a ser un taquillazo sin precedentes para el director, aunque suscitaría la polémica. En ese año la tasa de secuestros se disparó en el país y algunos relacionaron la película de Kurosawa con este echo.
Kurosawa era ala vez un dios entre la crítica y el público, gracias a una o dos “mejores películas de todos los tiempos” (una de ellas la gran epopeya que fue Seven Samurai). Una vez acomodado, sin embargo, entró en el periodo más difícil y oscuro de su carrera. Sin preocuparse de que se le encasillara como un director viejo de sátiras samurai, como Yojimbo (1961) y Sanjuro (1962), todas sus películas desde 1965 hasta 1985 (las cuales, sorprendentemente, solo son siete) fueron potencialmente el fin de su carrera, y la industria cinematográfica japonesa, que sufrió el primero de varios periodos de transición, fue especialmente implacable con ellas.
Red Beard (1965) adapta una colección de cuentos de Shugoro Yamamoto, con la inserción de elementos de la obra de Dostoyevsky. Ambientada en una clínica del siglo XIX, se centra en un joven médico formado en el extranjero vanidoso y materialista, Yasumoto, que se ve obligado a trabajar como interno para un veterano doctor conocido como “Akahige” (“Barba Roja”). Esa es una de las películas de Kurosawa que mejor exploran sus tendencias humanistas, y sería la última en ganar el premio de Kinema Junpo a mejor película del año. Fuera de japón la crítica estuvo mas dividida, pero lo que es indudable es que fue un punto y aparte en la obra del director. Algo había cambiado y muchos intuían que a partir de ese momento su carrera cambiaría, pero la cosa seria como. Por otra parte el enorme esfuerzo de producción de Red Beard había creado tal tensión entre Mifune y Kurosawa que esta fue la última película del director en la que aparecería.
Cuando su contrato con Toho finalizó en 1966, y dadas las turbulencias del sistema cinematográfico japonés en aquellos años, Kurosawa decidió trabajar en el extranjero. Kurosawa llego a estar involucrado en varios proyectos que no funcionaron, incluida la conocida película sobre el ataque japonés a Pearl Harbour Tora! Tora! Tora!, donde tuvo numerosos problemas con los productores, que no entendían su forma de trabajar. Esto pasó una enorme factura al director, a sus colaboradores habituales, de los cuales se distanciaría, y a su propia compañía productora. En 1969 sus amigos Keisuke Kinoshita, Masaki Kobayashi y Kon Ichikawa acudieron en su ayuda y fundaron la productora Club of the Four Knights (Yonki no kai), con la intención de que cada director rodara una película en la misma, aunque se dice que para ayudar a Kurosawa más que otra cosa.
Tras varios años de sequía nace Dodes’ ka-den (1970), el primer encuentro del director con el color y una audaz apuesta estilística en su carrera. Kurosawa quería demostrar que podía seguir rodando rápido y ajustándose a un presupuesto limitado, aunque tuvo el desafortunado destino de ser abucheado por la mayoría de la crítica del país. La película perdió dinero y provocó el fin de Club of the Four Knights (Yonki no kai), esto afectó tanto a Kurosawa que incluso intento suicidarse.
Debido a los recordados excesos de Read Beard (que deliberadamente tomo dos años de producción para que los actores y escenarios tuvieran el efecto que el director deseaba), y la dudosa acogida y resultado final de Dodes’ ka-den, Kurosawa fue considerado tan “anti-financiable” por los productores japoneses que su carrera parecía acabada, hasta que el estudio soviético Mosfilm le propuso rodar una película y el director creyó apropiado que fuera Dersu Uzala (1975), basada en la obra autobiográfica del explorador ruso Vladimir Arseniev sobre un cazador Goldi que vive en comunión con la naturaleza hasta que es arrollado pro la civilización. Tras un duro rodaje en Siberia la película fue bien en taquilla, aunque la critica no la acompañó en Japón. Sin embargo, a nivel internacional sería vista con otros ojos, ganando el premio principal del Moscow International Film Festival así como el Oscar a Mejor Película Extranjera.
Kurosawa recibió numerosas ofertas para trabajar en televisión, pero el director no estaba interesando en ese medio. Su carrera seguía pendiendo de un hilo y ante la perspectiva de no volver a rodar siguió inmerso en otros proyectos, escribiendo guiones y creando ilustraciones. Así George Lucas, acompañado por Francis Ford Coppola, se puso en contacto con él en 1978 con la intención de apoyar si siguiente proyecto. Lucas, al igual que muchos nuevos directores de Hollywood, sentían reverencia hacia Kurosawa y el director japonés le propuso un proyecto largamente ansiado, la épica historia de un ladrón contratado como doble de un señor feudal japonés, Kagemusha. Los problemas de rodaje se sucedieron, sobre todo en relación del actor principal, Shintaro Katsu, que finalmente fue reemplazado por Tatsuya Nakadai, y la insistencia de Lucas y Coppola en recortar el resultado final. A pesar de ellos su estreno en 1980 fue todo un éxito, sucediendo se los premios para Kurosawa, incluyendo la codiciada Plama de Oro del Festival de Cannes.
Este éxito le dio un respiro al director en la búsqueda de financiación para su siguiente película, pero los altos costos de producción de Kurosawa seguían sin convencer a los productores locales y al final una buena parte del dinero sería nuevamente extranjero, en este caso del francés Serge Silberman. Ran (1985) adapta parcialmente la obra King Lear de William Shakespeare, mostrándonos a un Tatsuya Nakadai en el papel de un despiadado y sanguinario daimyo que, tras desterrar tontamente a su único hijo fiel, entrega su clan a sus otros dos hijos, sumiéndolo en la guerra. La cinta, un enorme éxito internacional, paso de forma discreta por su Japón natal, e incluso, para sorpresa del mundo entero, sería descartada en la carrera a los Oscar por Japón -los productores y el propio Kurosawa lo achacaron a un error con las arcaicas normas de la Academía, que no tenían claro si la película era japonesa o francesa, aunque otros lo vieron como un desaire al director por parte de sus compatriotas. No obstante la película estuvo nominada en otras categorías y ganó el Oscar a Mejor vestuario.
Una vez que Kurosawa ganó el Oscar por toda su carrera en 1989, los japoneses se dieron cuenta que era, de hecho, un Tesoro Nacional Vivo (un honor otorgado por el gobierno japonés a ciertos artistas [ancianos], cuyo trabajo está subvencionado a partir de entonces, pero cuyos ingresos también son de propiedad exclusiva del gobierno). Se las arregló para rodar tres películas más antes de su vejez y la enfermedad que lo obligó a retirarse a regañadientes: Dreams (1990), Rhapsody in August (1991), y Madadayo (1993), siendo producciones muy personales, meditativas y artísticamente libres aunque controladas, quizás el director ya había escarmentado en cierta manera.
Dreams (1990), sufragada en parte gracias a la colaboración de Steven Spielberg, esta basada en sueños reales del propio director, que este adaptó para le guión de la película. Con una producción de menor presupuesto que sus anteriores películas, la colección de cortometrajes exploraban varias temáticas diferentes y pasaron sin pena ni gloria en su estreno en Cannes en 1990. A esta la siguiente al año siguiente la más convencional Rhapsody in August, adaptación de la novela de Kiyoko Murata que le director adapto con referencias a los bombardeos nucleares de Nagasaki. Esta vuelta a la temática nuclear provoco una respuesta negativa en la crítica, sobre todo en Estados Unidos.
La que seria su última película, Madadayo (1993), basada en los ensayos autobiográficos de Hyakken Uchida, narra la historia de un profesor y sus alumnos, desde la Segunda Guerra Mundial, hasta el presente. Al igual que sus últimas producciones tuvo una escasa recepción y el director decide retirarse, si bien continuaría trabajando en guiones como The Sea is Watching en 1993 y After the Rain en 1995.
Sería a mediados de 1995 cuando el director sufre una caída y se ve postrado en una silla de ruedas, esto provoco el rápido deterior de su cuerpo, si bien no de su mente, y sus últimos meses de vida se vería recluido en una cama, escuchando música y viendo la televisión. El 6 de septiembre de 1998, Akira Kurosawa murió de un infarto en Setagaya, Tokio, a los 88 años de edad.
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