Afrontamos hoy la penúltima crónica de nuestra estancia en el Festival de Cine Fantástico de Sitges de 2016 con nuestro séptimo día en el evento, séptimo día que dejo en lo asiático dos películas que no tuvieron mucha trascendencia y por las que pasaremos relativamente rápido. La primera de ellas es una de las últimas producciones del realizador Hongkones Johnnie To, el thriller hospitalario Three.
Muchos de vosotros conoceréis a Johnnie To por sus elegantes thrillers criminales, si bien en este caso la cosa ha quedado un poco extraña. Digamos que un día el bueno de To se levanta de la cama con la idea de hacer una escena, una impresionante escena de acción en plano secuencia con cámaras lentas sin montaje, pues eso es Three, una película que se crea para intentar plasmar esa idea del director. Todo esto nos lo narraba en el documental The Weaving of a Dream: Johnnie To’s Vision & Craft, que vimos justo antes de la proyección y que pretende homenajear el papel de artesano del cine de To a través del making off de esta película.
La historia nos traslada a un solo set de rodaje situado en una planta hospitalaria. Allí es ingresado el miembro de una peligrosa banda criminal al que la policía ha disparado en la cabeza. El paciente puede salvarse con una complicada operación, pero los médicos necesitan autorización para ello. Mientras, la policía presiona constantemente el criminal para que confiese sobre los otros miembros del grupo, pero este se niega a la espera de que vengan a rescatarlo. Todo esto sucede, como decíamos, en una planta hospitalaria llena de pacientes, cada uno con sus excentricidades y pequeñas historias personales, que se unirán a las del cuerpo médico y la propia policía. En los papeles protagonistas esta Louis Koo como el jefe de policía, la siempre guapísima Vicky Zhao Wei como la doctora cargada de principios y Wallace Chung como en gangster sin escrúpulos, todos sin mucho que destacar.
La película tiene dos partes bien diferenciadas, véase toda la introducción y el desarrollo de un guión que a mi personalmente no me resultó nada llamativo, con el único objetivo del tiroteo final, esa escena que es casi el leiv motive del director. Y es que esa última escena es lo único que realmente merece la pena de la película, una escena con una precisión técnica, una preparación y planificación excepcionales, y una puesta en escena realmente compleja y laboriosa. Todo parece una gran obra teatral, se usan cableados ocultos, partes en cámara lenta sin montaje que se simulan haciendo que los actores se muevan más despacio, una técnica que tuvieron que ensayar con especialistas para que pareciera lo más real posible… ver toda es preparación es algo increíble.
Creo sinceramente que el ver el documental antes de la película hizo que me gustara aún menos, ya que el guión o el desarrollo perdían todo el interés en pos de la escena de acción final, dejando los casi 90 minutos de película realmente vacíos, al menos para mi. Eso si el documental es muy interesante y ese plano secuencia realmente espectacular, pero saber como estaba trabajado antes de verlo realmente le quitaba muchísima gracia.
La segunda película del día era a priori una bastante interesante, y es que ver la adaptación de un manga realizada por el director japonés Takashi Miike siempre puede depararnos grandes sorpresas, aunque esta vez no fueron especialmente buenas.
Terra Formars es un aclamado manga guionizado por Yū Sasuga e ilustrado por Kenichi Tachibana que narra una serie de expediciones a Marte. En su primer arco argumental nos presenta el viaje de la misión BUGS II, enviada al planeta rojo tras el “fracaso” de la BUGS I, y compuesta por una serie de humanos tratados quirúrgicamente para adquirir poderes y transformaciones de diferentes insectos de la Tierra. Al llegar al planeta se encuentran con las cucarachas, los únicos seres que parecen vivir en el planeta, y que han evolucionado a formas humanoides terriblemente agresivas que atacan sin miramientos a los recién llegados.
La obra de Miike lleva a acción real y efectos digitales este primer arco, si bien no tengo nada claro que siga el argumento del maga. La película cuenta con un alto presupuesto y el apartado técnico es realmente sobresaliente, realizando una adaptación del aspecto del manga a la gran pantalla, como ya es costumbre en Miike, obsesionado muchas veces por llevar el dibujo a la gran pantalla de la forma más literal posible a nivel artístico. La acción es trepidante y muy abundante, y los efectos visuales realmente cuidados y sorprendentes.
¿Entonces esta bien no? Pues no. Al final el conjunto se hace aburrido, monótono, una sucesión de transformaciones o combates, que muchas veces no tienen realmente demasiada trascendencia. Muchos personajes no terminan de presentarse de forma adecuada, no empatizas con ellos, como si lo harías en el manga, sabes si son buenos o malos por su aspecto o dos o tres frases que sueltan pero nada más. La historia es muy escasa, el desarrollo bastante simple, intentando dar explicaciones de detalles y escenas que parece dar a entender que el público objetivo son niños o simplemente el fanservice del manga que quizás disfrute más de la película porque oculte algo que al resto se nos escapa, quién sabe.
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