Volvemos a la carga con nuestras crónicas del cine asiático visto en el Festival Nits de Cinema Oriental de Vic, que este año hemos decidido estructurar en formato diario ya que hemos visto un buen número de películas y cuadra bastante bien para que cada artículo no se haga demasiado largo -ya sabéis que me enrollo demasiado-. Vamos a por el miércoles 17 de julio, un día muy centrado en la acción.
Comenzamos, cono no podía ser de otro modo, con la retrospectiva Thai Action, que continuaba descubriéndonos clásicos ignotos de la acción tailandesa con Hard Gun de 1996. Ya os comentaba un poco la situación de ese tipo de cine cuando hablábamos de Born To Fight, sin embargo esta película aún conserva un master medio decente, pero la misma dudosa calidad cinematográfica. Domingo López ya nos ponía en antecedentes en la presentación, insistiendo reiteradamente en que esto no era una cinta de acción, sino más bien una comedia -de las chungas- que reserva la acción para su tramo final.
La película comienza con una operación policial en la que se desarticula una peligrosa banda de delincuentes. Durante la misma muere uno de ellos y el resto buscaran al policía responsable para vengarse, poniendo a su vez en peligro a toda su familia. En los papeles negativos nos encontramos a Pana Rittikrai y Tony Jaa, en una especie de relevo generacional; Este sería uno de los últimos papeles de Panna como actor antes de pasar a su faceta de director de acción. A su vez es uno de los primeros papeles, más allá del stunt esporádico, de Tony Jaa, discípulo de Panna y que tendrá el peso marcial de las pocas coreografías acrobáticas de la parte final de la cinta.
Pero no os hagáis una idea equivocada, esta es una comedia chunga, al uso de las que se hacían por aquel entonces. El policía protagonista tiene una hermana y un amigo empecinados en los juegos de azar, y este último en las borracheras, y se producirán numerosas situaciones tontas y estúpidas de comedieta -destacando un partido de fútbol bastante curioso-, a las que se unen el típico personaje de voz chillona y desagradable, y momentos cómicos totalmente ajenos a la propia película. Su tramo final guarda algunas coreografías acrobáticas de Tony Jaa para su lucimiento personal, Panna no interviene y el protagonista masculino -el policía- tampoco hace un enorme alarde marcial. En fin, nada destacable.
Ya por la tarde vimos el documental I’m The White Tiger, que gira en torno a la figura del actor y especialista Mark Houghton, conocido entre los aficionados al cine de acción hongkonés y discípulo del mítico Lau Kar Leung.
Este documento pretende repasar la vida y obra del actor, desde que dejo su Inglaterra natal hasta que llego a ser el White Tiger del cine hognkonés. En su tramo final se convierte en una especie de emotivo homenaje de Houghton a la figura de Leung desde una perspectiva muy personal, un homenaje del actor a su maestro. La película se cierra con una pequeña pieza de stunt protagonizada por Charlene Houghton, hija de Mark.
Este es el típico producto por encargo que Mark quiere hacer para contar su historia y su relación con su maestro. Nadie se ha interesado y ha contado una versión basada en hechos o contrastada, es Mark hablando de si mismo y haciendo su homenaje a Leung. Aún así es un producto interesante para ver algunos detalles del cine local en aquellos años y como fueron los últimos momentos de Leung. Además aparecen por allí los hermanos Dasz, que hemos podido entrevistar vía email, y eso siempre es un placer.
Continuamos la tarde viajando a Hong Kong para ver la última película hasta la fecha del conocido director Pang Ho-Cheung. Estamos acostumbrados al director por sus cintas más “extremas”, varias las hemos visto pasar por festivales como el de Sitges, incluso tenemos publicada una entrevista al director que tuvimos la suerte de hacer por allí, pero los aficionados conocen muy bien a Pang Ho-Cheung por sus comedias, género que trabaja desde hace años en películas como la saga Love in a Puff, Love in the Buff y Love off the Cuff. En esta ocasión Missbehaviour toma este último camino de forma bastante alocada.
La cosa comienza cuando la secretaria de una alta ejecutiva termina utilizando la leche materna que estaba guardada en la nevera de la empresa para hacer un café, pidiendo ayuda a su variopinto grupo de amigos para conseguir un repuesto. Sobre esta extraña premisa se monta una comedia cuyo guión es insondable, saliéndonos por derroteros insospechados a la mínima oportunidad, sobre todo cuando los amigos terminen formando dos grupos para ver quien es capaz de conseguir el preciado líquido. Bajo todas estas capas de situaciones esperpénticas tratadas con una cierta naturalidad desconcertante, se esconde realmente una película sobre las relaciones humanas, donde cada personaje tiene una serie de conflictos con algún otro: las amigas que antes cantaban en la calle pero acabaron regular, escribiendo ahora una de ellas libros que vende gracias a su atractivo, una pareja de homosexuales que parecen tener cierto hastío el uno del otro… Estos personajes se reencuentran e intentarán poner en orden sus relaciones a la vez que los alocados planes se suceden.
A pesar de ser simpática no me llegó especialmente. Creo que nos perdemos más de un chiste y juego de palabras local, además de tirar mucho de los memes de moda en las redes sociales. Es una combinación extraña con una premisa extraña, pero no esta mal.
Tras un día algo neutro cinematográficamente hablando, el pase nocturno de la Bassa peligraba suspenso tras una señora tormenta que estuvo cayendo buena parte de la tarde sobre Vic. Finalmente despejó y pudimos ver la película, eso sí, con un frió que me ha costado un resfriado que aún estoy quitándome de encima.
The Kinght of Shadows se basa en la figura histórica de Pu Sonling, escritor chino de la dinastía Qing muy conocido por sus relatos y cuentos fantásticos, donde era común ver fantasmas, demonios y todo tipo de seres mitológicos. En esta reinterpretación, Pu, al que da vida Jackie Chan, es un novelista y cazador de demonios que se une a un funcionario de la policía local para investigar el caso de las desapariciones de unas jóvenes adolescentes.
Este argumento esconde una comedia de acción que podría asemejarse a Monster Hunt, algo de corte más o menos familiar, con un gran despliegue de efectos especiales, pequeños demonios que pululan por la pantalla como simpáticos acompañantes y la típica comedia de situación que tan bien trabaja Jackie. Está bien elegida para un pase en la Bassa, ligera, divertida y visualmente interesante, hasta que llega su parte final y el intento de hacer un gran despliegue de efectos especiales queda en algo que a mi personalmente me mareó en más de una ocasión, y con una calidad visual sensiblemente inferior al resto de la película. Esa parte está demasiado alargada y quiere ser especialmente excesiva y épica, consiguiendo un efecto totalmente contrario.
A pesar de todo es una película amena y divertida, además se estrenaba en virtud a la colaboración entre el festival y Movistar+, con lo cual tenéis la película en su plataforma para poder disfrutar de ella.
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