Antes de afrontar esta segunda entrega de Tokusatsu Madness es más que recomendable haber leído nuestro primer artículo, centrado en la película Jumborg Ace & Giant (1974), ya que allí se contextualiza como se gestan estas colaboraciones entre Tailandia y Japón y el por qué de estas películas. Si al terminar ese artículo tienen ganas de más Tokusatsu de alto octanaje, de películas montadas y remontadas hasta la locura, sigan leyendo que tenemos mucho de lo que hablar hoy aquí.
Tras el primer intento de unir el mundo del Tokusatsu con la cultura tradicional tailandesa que fue Jumborg Ace & Giant, la colaboración entre la Tsubaraya y la Chaiyo se atrevía con algo mucho más grande, unir a la estrella de la casa, la saga Ultraman, con el dios mono Hanuman, deidad de origen hindú muy conocida en la literatura local. Así nació หนุมาน พบ 7 ยอดมนุษย์, cuyo título internacional es Hanuman vs. 7 Ultraman -que ya es curioso ya que Hanuman no se enfrenta a Ultraman sino al contrario, estos ayudan a la deidad en su lucha. Una traducción más literal y fiel al contenido sería Hanuman encuentra a los 7 Ultraman-. Esta película es más ambiciosa que su predecesora ya que usa muchas menos imágenes recicladas de las series originales e intenta llevar toda la acción a Tailandia, haciendo un uso intensivo de la mitología alrededor de Hanuman.
La cosa comienza con una voz en off que nos explica el origen del sistema solar y nos presenta el planeta de los Ultras, los guardianes del universo que velan por la paz. También nos comenta, muy someramente, el origen mitológico de Hanuman. Tras unos créditos que solo se encuentran en esta versión de la película, y que incluyen una canción que narra lo que va a pasar en la cinta y termina con un “que disfruten de la película”, nos situamos en una Tierra abrasada por la cercanía excesiva del sol. Lo primero que vemos son los dos personajes cómicos de la película, trabajadores de un grupo científico que son interpretados por los mismos actores que en Jumborg Ace & Giant, con sus voces agudas y cargantes haciendo estupideces, cosa que se repetirá en varios momentos de la película.
Por otro lado, unos críos hacen un ritual de la lluvia invocando a Hanuman, pero la cosa no termina bien ya que aparecen unos ladrones que roban la cabeza de una estatua de Buda y nuestro protagonista, el joven Koh, los persigue, siendo tiroteado y muriendo en el proceso. Entre tanto, unos científicos intentan lanzar unos cohetes para provocar la lluvia y salvar al planeta. Ultra Mother se apiada del noble corazón de Koh y durante su funeral captura su cuerpo y los Ultras lo infunden del poder de Hanuman, con el que vuelve a la Tierra para perseguir y matar con bastante dureza a los ladrones de estatuas. Mientras esto sucede uno de los mejores amigos de Koh corre tras Hanuman cuando aparece volando en el cielo, desfalleciendo por el calor y teniendo un sueño, una leyenda en la que el dios mono debe conseguir unas flores para curar a un guerrero que lucha contra un demonio y le pide al Sol que detenga su carro para conseguirlas. Una vez cumplida su venganza, y realizando el mismo proceso que en la leyenda soñada, Hanuman vuela a la deidad del Sol y la convence de que se retire de la Tierra para así salvar la vida en ella, y a su pequeño amigo. Y a todo esto no ha pasado ni la mitad de la película, aún queda lo mejor.
Los científicos lanzan uno de sus cohetes, y sea porque funcionan, sea por la intervención previa de Hanuman, provocan una lluvia que alegra a todos. Entonces el líder decide lanzar todos los cohetes a la vez como estaba previsto, pero un fallo técnico provoca un fuerte terremoto y de las profundidades de la Tierra aparecen cinco monstruos gigantes dispuestos a destruir todo a su paso. Aquí comienzan 40 minutos de Tokusatsu con cinco bichos sacados de los peores tiempos del género, de los que al derribar los aviones que los atacan se ríen, se dan palmadas en la espalda e incluso se jalean o aplauden, pidiéndose la vez para destruir el suyo. A todo esto aparece Hanuman y comienza el combate, que en cierto momento no estará bien para nuestra deidad, apareciendo los Ultra Brothers para ayudarlo y salvar el mundo.
Como ya adelantaba el uso de imágenes recicladas se concentra en las primeras escenas y algunos de los combates, pero el grueso de la acción se desarrolla de forma original, con maquetas bastante detalladas y muchos efectos especiales en ocasiones bastante vistosos. La cinta esconde algo de la conocida perversidad de Sompote Saengduenchai, véase el crío tiroteado, la extrema severidad con el Hanuman persigue a los ladrones de estatuas o como los monstruos explotan o son descuartizados en el tramo final de la película -a uno le van arrancando la carne hasta dejarlo convertido en un esqueleto, literalmente-, pero no será nada comparado con lo que vendrá en producciones posteriores. El desarrollo me parece algo alargado, con casi una hora de personajes cómicos, críos bailando y leyendas locales, dejando la acción más dura para su tramo final.
La cinta se estrenó a finales de noviembre de 1974 y tuvo bastante éxito en taquilla, favoreciendo la popularidad de las Ultra series no solo en Tailandia sino en países como Malasia. A pesar de como pueda haber envejecido, el Ministerio de Cultura tailandés la incluyo dentro del registro cinematográfico histórico nacional durante el National Thai Film Conservation Day de 2012, debido a su repercusión a nivel local.
La vida de esta película ha sido larga y extraña, tanto o más que la de Jumborg Ace & Giant.
Aún deberían pasar varios años para que la película se estrenara en la otra parte implicada en su producción, Japón, pero el éxito de sus pases en Tailandia llamó la atención de la Shaw Brothers del magnate Run Run Shaw, quien se interesó por exportarla a Hong Kong y Taiwán. Así, en febrero de 1975 se estrena en Hong Kong Hanuman and the Seven Ultramen (猴王大戰七超人) en una copia reducida doblada al mandarín, la cual parece provenir de una versión sin editar de la película original, no del rollo cinematográfico final estrenado en Tailandia, tal y como atestiguan ciertas marcas de edición y algunos códigos de tiempo aún hoy observables del proceso de montaje final.
The 6 Ultra Brothers vs. The Monster Army (ウルトラ6兄弟VS怪獣軍団) no vería la luz en Japón hasta 1979, en una versión de nuevo similar a la original, aunque mucho más parecida a la versión reducida estrenada en Hong Kong. Curiosamente, a la hora de recortar en ambos países se eliminaron algunas de las escenas más violentas, véase los primeros planos del tiroteo al crío en la versión china o Hanuman aplastando a uno de los ladrones con sus propias manos en la japonesa. Por lo demás se recorta un poco el rito de la lluvia o algunas escenas intermedias, pero se dejan todas las referencias y leyendas locales relacionadas con el dios mono -curiosamente también muchas escenas de los personajes humorísticos-. Ambos guiones son similares, con las tradicionales licencias de localización de nombres y demás, pero sin muchos más cambios -bueno en la versión china alguna licencia extra si se toman-.
Sompote Saengduenchai reestrenaría y remontaría la película en varias ocasiones a los largo de los años, tanto en cine como en televisión, pero en 1984 la cosa se le iría de las manos con Hanuman vs. 11 Ultraman (หนุมาน พบ 11 ยอดมนุษย์) -cuantos más Ultramanes mejor que mejor-.
La película empieza de forma familiar: esa voz en off, el sistema solar y la presentación del planeta Ultra, pero a partir de aquí la cosa se desmadra. Sompote toma casi 40 minutos de imágenes de Ultraman ZOFFY, que ya estaba realizada casi por completo por imágenes de archivo de la saga, y Ultraman Story sin ningún tipo de permiso por parte de Tsubaraya Productions y las incluye aquí a saber con que pretexto -solo he podido ver la película en tailandés y no sabría deciros mucho más de su guión-. Allí aparece el sol cubierto por una oscuridad provocada por un malvado monstruo, los Ultra Brothers llegan con la Ultra Bell y eliminan esta especie de maldición y luego las peleas se suceden sin ton ni son, sin medida ni mesura. Pasados estos 40 minutos volvemos a ver nuestros niños favoritos con su danza de la lluvia y la siguiente hora es básicamente Hanuman vs 7 Ultraman, eliminado algunas escenas de la parte científica y de los ritos de la lluvia, dejando básicamente las luchas, la violencia y las partes mitológicas.
No podemos olvidar que desde hacia algún tiempo Chaiyo y Tsubaraya se encontraban inmersos en una batalla legal por los derechos de distribución de la Saga Ultraman a nivel internacional, que Sompote afirmaba poseer en virtud a un ambiguo contrato de 1976 que tenía firmado con la productora. Este caso, lleno de oscurantismos legales, se ha alargado hasta nuestros días, con diversas sentencias en favor de unos y otros, y unos derechos de distribución que reflotan el caso con cada lanzamiento en un nuevo país. Podéis leer sobre el tema ya que hay crónicas muy detalladas en la red.
Pero atentos porque esto no acaba aquí, queda lo mejor.
El productor Dick Randall, socio de Sompote Sands -pseudónimo internacional de Sompote Saengduenchai– en la distribución de sus productos en los EEUU, propone al director rehacer Hanuman vs. 11 Ultraman en una nueva versión para el mercado televisivo norteamericano, incluyendo escenas grabadas a nivel local, dirigidas por Marc Smith, y adaptando la historia con un declarado tono cómico. No hay mucha información sobre como se gesta esta reestructuración, pero el resultado final es una de las mayores locuras jamas relacionadas con Ultraman, Space Warriors 2000.
Todo comienza con unos títulos de crédito que ya pueden hacer explotar la cabeza a más de uno. Durante los mismos veremos acreditados a Ultraman del I al XI, Mothra (!!!), Hanuman, Godzelda (!!!!!) y “un casting completo de stuntmen japoneses cuyos nombres no podríamos leer” (!!!!!!!!). Evidentemente no sale en la cinta nada que se parezca a Mothra, y de Godzelda creo que ni los propios productores sabían lo que estaban haciendo, si bien hay un monstruo, el más fuerte de la parte final de la cinta, que tiene voz femenina -igual por ahí viene la cosa-. En los créditos ambos directores, uno como oriental y otro como occidental.
La película comienza con un padre que vuelve a casa después de un viaje trayéndole un regalo a su hijo, un muñeco de Ultraman. Veremos también a la anciana que vendió el muñeco y su marido -acreditado como Edmund The little Old Toy-Maker-, que le cuenta las extrañas circunstancias de como se hizo con él. La cosa es que cuando el mal acechase alguien de corazón puro debía poseer el muñeco para salvar el mundo. Acto seguido el muñeco está de conversación con el crío, confirmando por supuesto que este era de corazón puro, y el chaval se queda dormido, comenzando así un remontaje de Hanuman vs. 11 Ultraman, cambiando de orden escenas y recortando un poco más la parte final para añadir más escenas de archivo de origen insospechado. Todo esto acompañado de una música de DeWolfe -conocida compañía de musica de stock- insertada sin criterio alguno, con música digna de películas del Gordo y el Flaco para los combates, que se corta en medio de las escenas sin que ocurra nada. Además tenemos el doblaje en inglés, digno de Jumborg Ace & Giant y su argot barriobajero, algo muy surrealista amigos.
Tsubaraya no reaccionó bien a esta nueva jugada por parte de Sompote y la compañía lo demando a él y Randall. Space Warriors 2000 se había emitido algunas veces en televisión desde su estreno en 1985, y nunca más volvió a programarse en la parrilla estadounidense.
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