Este mes de septiembre la Filmoteca Española, a través de su programación en el Cine Doré, vuelve su vista hacia Asia con una presencia destacada del cine de ese continente, destacando, sin duda, la enorme retrospectiva que comenzó ayer mismo en torno a la obra de uno de los directores más laureados de la que fue la nueva ola de cine de Taiwán, Tsai Ming-liang. Os dejamos aquí el estupendo texto introductorio de Jesús Palacios, que merece la pena para tener una visión completa de la obra del director, y la programación completa de la misma.
Puede parecer exagerado sugerir que Tsai Ming-liang es, a día de hoy, el más interesante de los cineastas surgidos al calor de la llamada Nueva Ola del cine taiwanés, que irrumpiera en los años 80 y 90 del siglo pasado en un panorama hasta entonces siempre fundamentalmente ligado a géneros cinematográficos populares y comerciales. Sin embargo, hay algo en el conjunto de la obra de Tsai Ming-liang que le singulariza y que, a lo largo de varias décadas y de poco más de una decena de largometrajes e incontables cortos y trabajos audiovisuales, ha sabido tocar una fibra sensible en el tejido de la crítica y la cinefilia internacionales: su manejo de un tempo narrativo suspendido en el vacío, sus repentinas incursiones en el camp, su “cinefagia” exenta de pedantería y sus pequeñas historias de alienación, amor y desamor, al borde de la abstracción, han calado profundamente, manifestándose antes en el silencio casi perpetuo y en el mutismo del plano fijo que a través de diálogos innecesarios o subrayados musicales, dejando que sean los cuerpos, las miradas y las ausencias quienes expresen su necesidad y nostalgia íntimas. Y lo han hecho gracias a la construcción de un universo propio a la vez que universal.
Es posible que esta cualidad que trasciende y funde lo local con lo global y lo personal con lo universal en el cine de Tsai Ming-liang, provenga de su propia experiencia vital como artista apátrida, que afirma no sentirse perteneciente a ningún país o lugar concreto. Nacido en Malasia en 1957 de una familia de origen chino, el cineasta pasó los veinte primeros años de su vida en la ciudad de Kuching, en el estado de Sarawak, antes de emigrar a Taiwán, para graduarse en el Departamento de Cine y Teatro de la Universidad Cultural China, comenzando a trabajar para los escenarios y la televisión.
Su llegada a la isla no hubiera podido ser en mejor momento, pues aunque todavía tardaría unos años en quedar firmemente establecida en el país, la democracia empezaba a abrirse paso, socavando el hasta entonces férreo sistema militar, ley marcial incluida, bajo el que se vivía desde 1949. Poco después de que el futuro realizador empezara a residir en Taipei, la capital del país, tendría lugar, en 1979, el famoso Incidente de Kaoshiung –también conocido como el Incidente de Formosa-, una manifestación pro-democracia que llamó la atención del mundo entero sobre las necesidades de cambio político exigidas por el pueblo de Taiwán.
No hay nada casual en el hecho de que fuera a la par que estos cambios cuando surgiera la conocida como Nueva Ola del cine taiwanés, que los expertos suelen dividir en dos oleadas diferentes: una primera durante los años 80, y una segunda en la década siguiente, que sería donde se encuadra la filmografía de Tsai Ming-liang propiamente dicha. La introducción de la democracia, con el reconocimiento explícito del derecho a la libertad de expresión, una mayor apertura hacia Occidente y un cambio de foco también en la política respecto a la China comunista, sólo podía favorecer la aparición de una nueva o nuevas generaciones de cineastas, educadas en la cinefilia, fascinadas por la Nouvelle Vague francesa, con una mirada cargada de sentido crítico e ironía puesta en la realidad de su país, atrevidas formal e ideológicamente, y especialmente preocupadas por el destino del individuo en esta renovada Taiwán, laberinto de identidades, tradiciones y pasiones.
Tsai Ming-liang reinventa con su cine una poética existencial que sigue los pasos de Antonioni, Bresson y el Truffaut más “radical”, donde los toques de camp y la apropiación cinéfila funcionan como reflexiones no sólo de los estados de ánimo de sus personajes sino de la materia misma de la que está hecho el discurso cinematográfico. La recurrente sandía de Vive L´Amour (1994) es sin duda la sexualidad húmeda, la líquida pulpa psíquica de la que están hechos los deseos y pasiones silenciosas de sus protagonistas… Pero también puede leerse como un signo explícito de que “…como la rosa de Gertrude Stein, el pino de Francis Ponge o la pera de Wallace Stevens, la sandía de Tsai Ming-liang es mejor descrita cuando finalmente se dice `una sandía es una sandía´, sabiendo que tampoco es así”. O, por el contrario, parafraseando el célebre cuadro de Magritte: “esto no es una sandía”.
A lo largo de los 90, el cine de Tsai irrumpe en festivales y certámenes internacionales. Su denominada “Trilogía de Taipei”, compuesta por su primer largometraje Rebels of the Neon God (1992); Vive L´Amour, León de Oro en la 51 edición del Festival de Venecia, y The River (1997), Premio Especial del Jurado en la 47 edición del Festival de Berlín, le establece como uno de los creadores cinematográficos más destacados no sólo en el ámbito asiático, sino mundial. Despidiendo casi la década y el siglo XX, The Hole (1998) insiste en su juego con el camp y el musical, deudor también en parte de cierta admiración tanto por Jacques Demy como por las estrellas de los sentimentales musicales del cine clásico de Hong Kong con los que creció, obteniendo en Cannes el premio FIPRESCI.
Durante la primera mitad de los 2000, contando siempre con su actor fetiche Lee Kang-sheng, Tsai Ming-liang trabaja a un ritmo imparable, alternando cortometrajes y piezas para televisión con sus largos: What Time Is It There (2001); la ya citada Goodbye, Dragon Inn, peculiar homenaje a Dragon Inn (1967), clásico wuxia del mítico director de cine histórico y de artes marciales taiwanés King Hu; El sabor de la sandía (2005), su única película estrenada en el circuito comercial español, brillante secuela de What Time Is It There, que reúne de nuevo a sus protagonistas en otra deliciosa orgía minimalista de “cinefagia”, homoerotismo y camp, y I Don´t Want to Sleep Alone (2006), coproducción con su Malasia natal que reincide en el tema del dolor, físico y emocional, que abordara ya anteriormente en The River. Después de un paréntesis inusual, el capital francés permite a Tsai Ming-liang realizar uno de sus sueños húmedos al filmar en París su siguiente largo: Visage (2009), con un reparto que constituye per se un guiño a la Nouvelle Vague, incluyendo nombres como los de Jean-Pierre Léaud, Jeanne Moreau o Fanny Ardant, junto al insustituible Lee Kang-sheng.
En 2013, tras el estreno de Stray Dogs, nueva coproducción con el país galo y quizá su película más dura, tanto formal y estilísticamente como argumentalmente, galardonada con el Gran Premio del Jurado en la 70 edición del Festival de Venecia, el director anunciaba públicamente su intención de dejar de rodar largometrajes “comerciales”, tanto por motivos de salud como por elección personal estética y cabría casi decir ideológica. La actual industria cinematográfica no sólo de Taiwán, sino internacional, no ha dejado habitación propia para películas de peso medio, en el sentido de producción, exhibición y público, que no busquen el éxito de masas sino la relevancia artística del cine como medio de expresión y comunicación. Mientras desaparecen en todo el mundo las salas destinadas a películas de autor o de producción intermedia, la creación audiovisual de Tsai Ming-liang, se ha visto destinada progresivamente a las galerías de arte, las muestras en museos, los canales de internet y la televisión privada, alcanzando solo la gran pantalla ocasionalmente, gracias a festivales y certámenes internacionales. La Nueva Ola taiwanesa es ya sólo un recuerdo para los cinéfilos, y a los directores estrella de la misma, como Hou Hsiao-hsien o el propio Tsai Ming-liang, solo les queda confiar en los festivales y en la bondad de los extraños, habitualmente los franceses.
Afortunadamente, como casi todas las promesas, la de Tsai Ming-liang fue hecha para romperse, y en 2020 el veterano realizador, cuyo nombre es habitual encontrar entre los cien mejores cineastas de la historia, ha vuelto al formato del largometraje con Days, donde retoma en cierta medida el personaje de The River, para seguir la dolorosa peregrinación de Lee Kang-shen en busca de la curación para su dolencia crónica, que se transforma lentamente también en una suerte de recapitulación minimalista, homoerótica y casi abstracta de Breve encuentro (David Lean, 1945). Por si hiciera alguna falta, Days, confirma que si se trata de retratar la soledad, el dolor, la alienación (palabra clave en su universo) y la imposibilidad de hacer perdurar la empatía y el amor en un tiempo congelado por la cámara pero siempre fuera de campo, Tsai Ming-liang sigue siendo un maestro indiscutible.
Jesús Palacios
(Escritor y crítico de cine)
Martes 1 · 18:00 · Sala 2.
LIGHT
(Tsai Ming-liang, 2018)
Taiwán. DCP. 17’
Un estudio de la luz natural entrando en el Zhongshan Hall, un edificio emblemático de Taipei. Además de la significación histórica que le otorga ser el lugar donde las fuerzas invasoras japonesas en Taiwán se rindieron al final de la Segunda Guerra Mundial, Zhongshan Hall tiene una relevancia personal para Tsai Ming-liang: allí trabajó de joven y, más tarde, recibió un premio a su carrera. Por ello, Tsai volvió a este espacio para rodar el largometraje Your Face.
YOUR FACE
(Nin de lian, Tsai Ming-liang, 2018)
Taiwán, Francia. DCP. VOSE. 76’
Trece retratos de personas, trece primeros planos con los que Tsai Ming-liang busca acercarse a esos individuos anónimos (a los que se suma su actor habitual y su madre) a través de sus palabras pero, sobre todo, de su rostro.
«Para Tsai Ming-liang, el valor de un primer plano no se encuentra en lo que dice la persona retratada, sino en cómo se muestra su rostro. Por eso, lo verdaderamente arrebatador de la película es cómo están iluminadas las caras. Vistas de frente o desde un lado, las facciones de cada rostro se han esculpido de forma dramática». (Sing Song-yong)
Miércoles 2 · 21:00 · Sala 1.
Segunda proyección en octubre.
AFTERNOON
(Na ri xia wu, Tsai Ming-liang, 2015)
Taiwán. DCP. VOSE*. 137’
Un dialogo filmado entre el director Tsai Ming-liang y su musa, el actor Lee Kang-sheng.
«La parte íntima […] en mis películas, en definitiva, es toda mía […] Cuando hago las películas estoy siempre preparado para aventurarme en un dialogo conmigo, a mostrar cosas y preguntar, o reaccionar en relación a cosas privadas que no soy capaz de describir, cosas que no entendí. Esto de hacer cine es una manera de estudiarme». (Tsai Ming-liang)
Jueves 3 · 18:00 · Sala 2.
Segunda proyección en octubre.
ALL THE CORNERS OF THE WORLD
(Haijiao tianya, Tsai Ming-liang, 1993)
Int.: Lee Kang-sheng. Taiwán. DCP. VOSI/E*. 73’
El primer largometraje de Tsai Ming-liang, dirigido para la televisión taiwanesa, narra las dificultades de una familia que vive en Taipei. Los padres trabajan en un hotel de citas mientras los dos hijos hacen de todo para llegar a fin de mes, desde dedicarse a la reventa de entradas de cine hasta tontear con la prostitución.
«El estudio de una familia en el que ya se pueden ver bocetos de imágenes y situaciones que se volverán habituales en el resto de la filmografía de Tsai, incluyendo una escena en una pista de patinaje, motoristas vandálicos, un viaje en ascensor en un hotel de encuentros sexuales y un maniquí flotando en el agua». (Chris Fujiwara)
Viernes 4 · 18:00 · Sala 2
Segunda proyección en octubre.
REBELS OF THE NEON GOD
(Qing shao nian nuo zha, Tsai Ming-liang, 1992)
Int.: Chen Chao-jung, Jen Chang-bin, Lee Kang-sheng, Lu Yi-ching. Taiwán. DCP. VOSE*. 106’
Un joven abandona sus estudios para adentrarse en el submundo de Taipei. Allí quedará fascinado por un criminal de poca monta y comenzará él mismo a delinquir.
«Las películas de Tsai Ming-liang retratan la vida y el absurdo de la moderna sociedad taiwanesa, donde las normas culturales ya no están claras. Su cine, marcado por el nihilismo y una profunda desesperación que surge del aislamiento autoimpuesto, se caracteriza por su incapacidad para comunicar. […] La forma en que Tsai presenta la ausencia de comunicación no está relacionada con ningún tipo de represión política definida, sino con un deseo inconsciente e instintivo». (Wu Meiling)
Sábado 5 · 18:00 · Sala 2.
Segunda proyección en octubre.
THE HOLE
(Dong, Tsai Ming-liang, 1998)
Int.: Yang Kuei-Mei, Lee Kang-sheng, Tien Miao, Lin Hui-chin. Taiwán, Francia. 35 mm. VOSF/E*. 95’
Sumido en un escenario apocalíptico, con lluvia que no cesa y una extraña enfermedad que ha obligado al gobierno de Taiwán a decretar la cuarentena, un hombre comienza a relacionarse con su vecina a través de un agujero en el suelo.
«En The Hole está siempre lloviendo, lo que hace que mis personajes estén algo distantes de su entorno. […] Son unos románticos, pero el entorno esta desconectado de ese romanticismo. Creen que pueden esconderse en un espacio seguro tras la puerta y dejar la basura fuera, donde no la ven. Pero el mundo no es tan seguro allí dentro. El peligro se arrastra hacia el interior igualmente, como la lluvia interminable y las enfermedades extrañas». (Tsai Ming-liang)
Martes 8 · 21:00 · Sala 1.
Sesión “Cortometrajes Tsai Ming-liang (1991-2007)”
Segunda proyección en octubre.
BOYS
(Xiao hai, Tsai Ming-liang, 1991)
Int.: Lee Kang-sheng. Taiwán. DCP. VOSI/E*. 50’
Un estudiante acosa y chantajea a un compañero más joven. El primero de los trabajos de Tsai Ming-liang con el que después se convertiría en su actor fetiche, Lee Kang-sheng, y una de las varias piezas que dirigió o escribió en el que fuera, junto al teatro, su espacio de formación: la televisión taiwanesa.
IT’S A DREAM
(Tsai Ming-liang, 2007)
Francia, Taiwán. DCP. VOSI/E*. 23’
Para celebrar su 60 aniversario, el Festival de Cannes invitó a una treintena de cineastas a crear otros tantos cortometrajes de tres minutos como parte del film colectivo Chacun son cinema. Tsai Mingliang propuso una pieza hermanada con su largometraje Goodbye, Dragon Inn, una exploración de la sala de cine como espacio público y experiencia colectiva. Poco después, Tsai montó una nueva versión de la pieza, veinte minutos más larga, que se presentó en la Biennale de Venecia y es la que ahora forma parte de esta sesión de cortometrajes.
MOONLIGHT IN THE RIVER
(He shang de yue guang, Tsai Ming-liang, 2003)
Taiwán. DCP. VOSI/E*. 14’
Tsai Ming-liang diseñó este cortometraje como despedida de su amigo Simon Field, que estaba a punto de abandonar su puesto como director del Festival de Rotterdam tras ocho años en el cargo. La pieza sigue a dos perros que vagabundean por el río Tamshui en Taipei, acompañados por la voz en off del director mientras lee una dedicatoria escrita para Field.
Viernes 11 · 21:00 · Sala 1
THE SKYWALK IS GONE
(Tian qiao bu jian le, Tsai Ming-liang, 2002)
Int.: Lee Kang-sheng, Chen Shiang-chyi, Lu Yi-Ching. Taiwán, Francia. DCP. VOSE*. 25’
Epílogo de What Time Is It There? que recupera a varios de sus personajes y sirve también como enlace a El sabor de la sandía. La base del cortometraje, como explicaría después su director, es el incesante cambio de la geografía urbana de Taipei, en este caso la desaparición del paso elevado en el que el protagonista de What Time Is It There? vendía sus relojes.
WHAT TIME IS IT THERE?
(Ni na bian ji dian, Tsai Ming-liang, 2001)
Int.: Lee Kang-sheng, Chen Shiang-chyi, Lu Yi-Ching, Miao Tien. Taiwán, Francia. 35 mm. VOSS/E*. 116’
Un joven que vende relojes en las calles de Taipei conoce a una mujer que va de camino a París y, obsesionado, empieza a cambiar todos los relojes de la ciudad al horario francés.
«Desplazarse muchos kilómetros del este hacia el oeste o del oeste hacia el este implica modificar las agujas de nuestros relojes, pero la operación contraria no es así: es decir, mover las agujas de nuestros relojes no implica desplazarse en el espacio. Es contra esta verdad evidente, obvia, banal contra la que se rebela una película como What Time Is It There?, y de ahí surge su poesía. […] El realismo de Tsai mira de frente a la utopía, conoce la derrota, pero insiste». (Javier Porta Fouz)
Sábado 12 · 21:00 · Sala 1.
Segunda proyección en octubre.
VIVE L’AMOUR
(Ai qing wan sui, Tsai Ming-liang, 1994)
Int.: Chen Chao-jung, Lee Kang-sheng, Yang Kuei-Mei. Taiwán. DCP. VOSE*. 118’
Tres solitarios habitantes de Taipei comparten un apartamento que usan para sus escarceos amorosos.
«Aunque el malayo Tsai Ming-liang (que se mudó a Taiwán en su adolescencia) es considerado como la figura central de la segunda hornada de cineastas de la Nueva Ola de cine taiwanés, su obra es menos política y con una menor carga histórica que la de predecesores como Edward Yang o Hou Hsiao-hsien. La crisis de identidad nacional con la que lucha la anterior generación es reemplazada por dudas más personales, a menudo surgidas de la añoranza romántica y la confusión
sexual». (Dennis Lim)
Martes 15 · 21:00 · Sala 1,
Sesión “Cortometrajes Tsai Ming-liang (2009-2016)”
Segunda proyección en octubre.
AUTUMN DAYS
(Qui riu, Tsai Ming-liang, 2016)
Taiwán. DCP. VOSI/E*. 24’
Cortometraje documental que muestra el encuentro entre el actor Lee Kang-Sheng, cuya carrera está directamente conectada a la de Tsai Ming-liang, y Nogami Teruyo, que fue colaboradora habitual de Akira Kurosawa. A lo largo de la pieza, Teruyo reflexiona sobre su trabajo con el maestro japonés, pero también sobre la vida.
MADAME BUTTERFLY
(Tsai Ming-liang, 2009
Int.: Pearly Chua. Taiwán, Francia. DCP. VOSI/E*. 35’
Este cortometraje, una de las pocas obras que Tsai Ming-liang ha rodado sin el actor Lee Kang-sheng, nos introduce en la frenética atmósfera de una estación de autobuses de Kuala Lumpur para desarrollar las emociones de una mujer que espera a su amante.
Jueves 17 · 18:00 · Sala 2
VISAGE
(Tsai Ming-liang, 2009)
Int.: Lee Kang-sheng, Lu Yi-ching, Fanny Ardant, Jean-Pierre Léaud. Francia, Taiwán, Bélgica, Holanda. DCP. VOSE*. 138’
Tras la muerte de su madre, un director de cine taiwanés viaja a Francia para rodar en el Louvre una película en torno al mito de Salomé.
«Un sueño cinematográfico en el que las fronteras entre vida y cine se difuminan y cada uno da forma e impregna al otro. Cuando Jean-Pierre Léaud consigue finalmente salir del laberinto subterráneo del Louvre a través de lo que parece la entrada a una enorme ratonera, aparece en una galería en la que vemos tres cuadros, uno de ellos el retrato de San Juan Bautista pintado por Leonardo da Vinci. Sigue en el Louvre, en el sueño que está soñando Tsai Ming-liang». (Ho Yi)
Viernes 18 · 20:30 · Sala 1.
Segunda proyección en octubre.
DRAGON INN
(Long men kezhan, King Hu, 1967)
Int.: Polly Ling-Feng Shang-Kuan, Shih Chun, Bai Ying, Hsu Feng. Taiwán, Hong Kong. DCP. VOSI/E*. 111’
Uno de los mayores hitos de la historia del cine taiwanés, esta película de artes marciales que narra los esfuerzos de un grupo de guerreros por salvar a los hijos de un militar ejecutado en la China del siglo XV fue también el primer trabajo del gran King Hu después de abandonar Hong Kong en busca de mayor libertad creativa. Tsai Ming-liang homenajeó esta película de su infancia con su celebrada Goodbye, Dragon Inn.
GOODBYE, DRAGON INN
(Bu san, Tsai Ming-liang, 2003)
Int.: Lee Kang-sheng, Chen Shiang-chyi, Kiyonobu Mitamura, Miao Tien. Taiwán. DCP. VOSI/E*. 82’
El relato de un grupo de almas solitarias que se despide de una sala de cine a punto de cerrar con una última sesión de Dragon Inn.
«Tsai Ming-Liang detiene sus películas para permitirnos entrar». (Jared Rapfogel)
Domingo 20 · 21:00 · Sala 1
EL SABOR DE LA SANDÍA
(Tian bian yi duo yun, Tsai Ming-liang, 2005)
Int.: Lee Kang-sheng, Chen Shiang-chyi, Lu Yi-ching Lu, Yang Kuei-mei. Taiwán, Francia. 35 mm. VOSE. 114’
En medio de una fuerte sequía que azota Taipei, una joven se enamora de su vecino sin saber que es un actor porno que está rodando una película en su mismo edificio.
«Además de desmitificarlo, mostrando sus divertidas entrañas amateurs, el cineasta taiwanés utiliza el género del porno como extremo de una realidad aislante y en permanente estado de sequía emocional. Al otro lado, oponiéndose en ética y estética, está el género musical, territorio irónicoonírico donde nuestras ilusiones son condenadas a la sublimación. Entre ambos polos, en un limbo de planos estáticos y silencios cotidianos, los dos protagonistas de What Time Is It There? se reencuentran, dispuestos a seducirse en un juego de atracción y repulsión en el que comer cangrejo o fumar un cigarrillo pueden convertirse en acciones cargadas de un erotismo elusivo pero de alto voltaje». (Sergi Sánchez)
Jueves 24 · 18:00 · Sala 2
STRAY DOGS
(Jiao you, Tsai Ming-liang, 2013)
Int.: Lee Kang-sheng, Yang Kuei-mei, Lu Yi-ching, Chen Shiang-chyi. Taiwán, Francia. DCP. VOSE*. 138’
El retrato de un hombre alcohólico y sus dos hijos que tratan de sobrevivir en Taipei. De repente, una mujer aparece en sus vidas e intenta sacarles del pozo en el que se encuentran.
«El hombre moderno no sabe comunicarse, obviamente, pero tampoco sabe cómo aprender a comunicarse». (Tsai Ming-liang)
Viernes 25 · 21:00 · Sala 1.
Segunda proyección en octubre.
I DON’T WANT TO SLEEP ALONE
(Hei yan quan, Tsai Ming-liang, 2006)
Int.: Lee Kang-sheng, Chen Shiang-chyi, Norman Atun, Pearly Chua. Malasia, China, Taiwán, Francia, Austria. DCP. VOSI/E*. 111’
Rawang, un inmigrante de Bangladesh que trabaja en Kuala Lumpur, rescata a un indigente que ha recibido una paliza, acogiéndole en su casa y curándole las heridas. Poco a poco, Rawang va enamorándose.
«En todas las películas de Tsai Ming-liang, las personas buscan una forma de satisfacer sus necesidades instintivas y llenar el vacío en sus vidas. Pero, incluso cuando logran su deseo, no consiguen mitigar su extrema alienación espiritual. Esta consecución del deseo les lleva a un ciclo perpetuo de búsqueda de repuestos, pero sus carencias finalmente se cuelan en el inconsciente, aumentando su sensación de inseguridad, desesperación y absurdo». (Wu Meiling)
Sábado 26 · 18:00 · Sala 2.
Segunda proyección en octubre.
THE RIVER
(He liu, Tsai Ming-liang, 1997)
Int.: Tien Miao, Lee Kang-sheng, Lu Yi-Ching, Ann Hui. Taiwán. DCP. VOSE*. 115’
Un joven trata de lidiar con un dolor de cuello cada vez más intenso mientras va descubriendo las mentiras y deseos ocultos de sus padres.
«Siempre he querido bucear en las raíces de lo humano. Mientras rodábamos The River, me recordaba a mí mismo una y otra vez que tenía que investigar nuestro lado más oscuro y profundo. No siempre vivimos felices y comemos perdices. El materialismo propulsa la codicia humana hasta niveles vergonzosos. Tenemos todo lo que siempre hemos querido, pero aun así hay algo acechando en la oscuridad que nos impide ser felices». (Tsai Ming-liang)
Cine Doré (Filmoteca Española)
C/ Santa Isabel, 3, 28012 Madrid
Estudiantes, miembros de familias numerosas, grupos culturales y educativos vinculados a instituciones, mayores de 65 años y personas en situación legal de desempleo: 2€ por sesión. 15€ por el abono de 10 sesiones. Abono anual: 30€
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