Sexta entrega de nuestro repaso asiático por todo lo que dio de sí el pasado Festival Internacional de Cinema Fantastic de Catalunya, Cinema Sitges 2012. Hoy quiero centrarme en la parte más extrema y local del festival, la maratón del Japan Madness, con splatter comedia, ¿terror?, y animación, y la maratón 100 años de la Nikkatsu, que nos ofrecía 2 pinkus de la vieja escuela.

Dead Sushi

Japón, 2012.
Director: Noburo Iguchi
Interpretes: Rina takeda, Shigeru Matsuzaki, Kentaro Shimazu, Takashi Nishina, Asami
Duración: 91 min

Hoy llegamos a la Japan Madness, la maratón de género de obligado visionado para todos los aficionados a lo asiático que acuden a Sitges. Este año el programa era bastante heterogéneo e incluía un splatter comedia como esta Dead Sushi, una película de ¿terror? Como Sadako 3D y una esperado anime como es Gyo, que particularmente tenia muchas ganas de ver.

La primera película que pudimos disfrutar fue Dead Sushi, del director japonés Noburo Iguchi y encuadrada dentro de esa ola de splatter variado que lleva algunos años saliendo de Japón con un gran éxito en los USA y en festivales como Sitges. En este caso Iguchi sigue la línea de “RoboGeisha” y “Mutant Girl Squad” para ofrecernos un producto que es realmente divertido.

En este caso el guión se centra en la joven hija de un famoso cocinero de Sushi , la cual ha sido entrenada por este para preparar el mejor Sushi posible, pero que los avatares del destino han llevado a trabajar como simple camarera en una hospedería. A esta hospedería llegará una importante comida de empresa atraídos por su Sushi, pero también un invitado no deseado, un científico loco que ha inventado una formula que da vida al pescado y convierte el Sushi en un arma mortal.

Ya el guión es delirante, pero es que Iguchi da rienda suelta al puro entretenimiento para ofrecernos una comedia en toda regla, dentro del splatter, pero más comedia que otra cosa. Iguchi siempre ha sido de los mejores directores a la hora de afrontar proyectos de entretenimiento, ya que no suele abusar del gore y suele darle siempre a sus producciones un punto picante y mucho humor, lo cual hace que sean “suaves” comparados con otros y muy divertidos. Aquí además se incluye un punto culinario de lo más curioso, ya que el mismo director nos reconocía que quería adentrarse en la cultura del Sushi, un alimento que tiene múltiples matices en Japón, y lo hace con ricas descripciones de sus elementos y el alimento en si, que combina con desternillantes mutaciones a la hora de ponerse manos a la obra en lo que al splatter se refiere.

La estrella de la película es Rina Takeda, experta de por si en artes marciales y muy utilizada para papeles cómicos en este tipo de producciones. Su presencia ofrece esa candidez que tiene en la cara, mezclada con una desenvoltura más que digna en las escenas de acción, y es que esta película sorprende por las coreografías de acción (sobre todo en la segunda mitad de la misma), bien coreografiadas y por momentos bastante buenas. A Rina la acompañan una serie de clásicos ya de este tipo de producciones (que comparten actores habituales), entre ellas la eterna, y ya reina del splatter según muchos, Asami.

En fin, que los aficionados al género tienen aquí una película suave en gore, para otras que hemos visto, pero rica en humor, con una buena acción y una cantidad de gags y locuras relacionadas con el Sushi realmente delirantes. Cuando acabó yo me hubiera comido un par de Makis, es más ahora escribiendo esto se me ha antojado jajaja.

Sadako 3D

Japón, 2012.
Director: Tsutomu Hanabusa
Interpretes: Satomi Ishihara, Koji Seto, Yusuke Yamamoto, Ryosei Tayama
Duración: 134 min

Somos muchos los que consideramos “The Ring” de Hideo Nakata una obra maestra del cine de terror, y cuando hace unos meses veíamos las primeras imágenes de Sadako 3D no teníamos claro que esperar. Mucho más delirante y estrambótica fue la campaña viral que durante el verano promocionó la película en Japón, con una Sadako de vacaciones en la playa en las más variopintas situaciones. En este caso el director Tsutomu Hanabusa, que hasta ahora tiene en su haber tan solo comedias juveniles y televisión, se adentra en un film que solo podemos calificar de fallido, o muy fallido.

Si hay algo que no se puede hacer a la hora de sentarse a ver esta película es intentar compararla con el film de Nakata, ni siquiera con la historia del libro original de Koji Suzuki (quizás si un poco con una de sus secuelas). Aquí el origen de Sadako es nimio, vacío, como una especie de ente que crea el suicidio de un artista que se propaga a través de redes sociales, pero que realmente no tiene contenido, no tiene drama. A partir de aquí la película se construye sobre un mito, el de Sadako, no algo que se cree en pantalla, sino un mito que los espectadores conocen y que el director quiere explotar (que no explorar), sin muchas explicaciones intermedias. La película guarda algo de tensión pero los “sustos”, porque pretende ser una película de sustos, son previsibles y ejecutados de manera ordinaria, atronando con efectos de sonido y 3D, pero con ningún terror real, es más muchas veces es hasta gracioso. Además hacia el final del film la película se transforma en una monster movie, con todos los cánones de las monsters movies, algo increíble pero cierto.

Olvidaos del terror atmosférico y sicológico. Esta es una película de las que tantas hemos visto, que toman un personaje conocido y lo llevan al extremo, apelando a la complicidad del espectador. En su Japón natal el resultado les ha salido bien y la recaudación no ha estado nada mal, teniendo en cuenta el mínimo presupuesto y el dudoso acabado de la película. Por si fuera poco se está rodando ya una secuela, y no se si se harán más después, lo cual denota la apuesta de los productores por este tipo de producto.

A mi me apreció una película mala, previsible y poco afortunada. Me gusta mucho el terror pero odio las películas de sustos que te hacen saltar de la butaca más porque te han pegado tal subida de música y sonido que te has quedado sordo, que por el propio miedo. Aún así he de reconocer que no te aburres viéndola, si te dejas llevar por ella pasas el rato y listo.

Gyo

Japón, 2012
Director: Takayuki Hirao
Basada en un manga de Junji Ito.
Duración: 70 min

El trabajo de Junji Ito es de lo más curioso e interesante, y cualquiera que haya leído alguno de sus mangas o visto sus adaptaciones a anime o cine lo sabrá muy bien. De su mente han salido la saga Tomie, Uzimaki, Kakashi o esta misma Gyo, adaptación a animación de su manga de 2001. El experimentado director Takayuki Hirao ha sido el responsable de darle vida.

Kaori y sus amigas han alquilado una pequeña cabaña en Okinawa para celebrar su graduación. Allí, serán atacadas por un extraño animal que finalmente matan aplastándolo contra la pared. Para su sorpresa, descubren que se trata de un pez al que se le han injertado unas patas mecánicas. Pronto, todo Japón se verá invadido por una plaga de agresivos peces mecanizados.

Y a partir de aquí todo es de lo más extraño y curioso. No quiero contaros nada porque la gracia de esta película es ir descubriendo la propuesta de esta parte del universo de Ito. Pero todo ira evolucionando de una manera extraña e inquietante, que quizás a algunos les parezca simplemente ridícula, pero que a mi (que suelo meterme mucho en las películas que veo) me resulto un poco sobrecogedora, me imaginaba en esa situación. Y es que después de darle muchas vueltas creo la historia sigue esas reglas no escritas que tiene las cintas de Zombies clásicas, un Apocalipsis de fondo, del que no se tiene datos, y una historia humana, generalmente de un grupo de personas que intentan sobrevivir, o que intentan buscar a alguien querido. La película terminará, pero el apocalipsis seguirá estando ahí, no sabremos nada de como surgió y tampoco de como terminará, y quizás eso es lo inquietante, el querer saber más de que es lo que ha sucedido aparte de la historia principal. Esto es lo que trasmite Gyo y lo que es Gyo, al menos así lo viví yo.

Aparte de esto la animación me pareció muy correcta, entre el thriller y el drama de supervivencia destinado a adultos, con un desarrollo ágil y una atmósfera, entre inquietante y enfermiza, muy conseguida. Además su corta duración hace que no se haga nada pesada aunque no entres de lleno en la propuesta, e ir al grano se agradece.

Creo que Gyo ha de ser vista por todos los fans de Junji Ito y por los que gustan de este tipo de animes. Particularmente la vimos a las 5 de la madrugada y me intrigó tanto el “que va a pasar ahora” que el sueño no me llego a arropar en sus brazos.

La segunda maratón puramente asiática se titulaba 100 años de la Nikkatsu, y es que este 2012 se cumplía tan marcado aniversario en torno a uno de los estudios mas antiguos de Japón. En parte no deja de ser un poco triste que tan laureado aniversario se ciña a 2 películas de la sección más erótica de la compañía que ha producido chambaras, grandes exponentes de cine de acción y bélico clásico y la nueva ola de splatter punk de este nuevo siglo, pero que le vamos a hacer. Las dos seleccionadas fueron “Assault! Jack the Ripper” y “Star of David: Beauty Hunting”, que si bien de directores conocidos (la segunda es de Noribumi Suzuki) no son precisamente los mejores exponentes dentro de este género. Para completar la velada, y sin que tenga nada que ver ni con el pinku, ni con la Nikkatsu ni con Japón siquiera, se recuperaba una de las películas destacadas en el libro de cine de culto que editaba el festival este año, “Master of the Flying Guillotine”, cinta de artes marciales con Wang Yu como director y protagonista. He de reconocer que esta película no la vi en el festival, ya que me negué a ver la versión doblada al ingles por mucha pantalla grande que hubiera de por medio, pero os hablare de ella en próximas entregas.

Assault! Jack the Ripper

Japón, 1976
Director: Yasuharu Hasebe
Interpretes: Tamaki Katsura, Yutaka Hayashi, Yuri Yamashina, Natsuko Yashiro, Rei Okamoto, Naomi Oka, Runa Takamura
Duración: 71 min

Hasebe fue un director bastante encuadrado dentro del ámbito del denominado Pinky Violence, cine erótico que se mezclaba con torturas, fetichismos sexuales y asesinatos, en una combinación bastante impactante y enfermiza para la época de la que estamos hablando. Si bien es cierto que no fue un director de primerísimo orden, si que tiene algunos buenos exponentes de género, como por ejemplo este que tratamos ahora.

Recién contratada como camarera, Yuri convence a Ken, un cocinero de repostería, para que la lleve a casa. La clave para embaucarlo es prometerle que a la mañana siguiente se despertará junto a ella. Los planes son una cosa y la realidad es otra: en pleno trayecto, atropellan y matan a una chica y se dan a la fuga. Al llegar a casa, el subidón hace su efecto y Yuri no tiene mejor idea que sugerirle a Ken que repitan la noche siguiente y vuelvan a asesinar.

Y esto es lo que hay jajaja. La cinta navega entre asesinato y sexo dejándonos escenas bastante impactantes, pero perdiendo fuelle conforme avanza la cinta. Como es corta no llega a hacerse aburrida y eso es un punto positivo, pero cuando ha mostrado sus cartas solo queda ver que harán en la siguiente muerte y en eso se resume más o menos el desarrollo. Aún así es un punto interesante (para los gustosos de estas imágenes) ver algunas de esas muertes, y el final que llega a ser bien curioso. El título hace referencia Jack El Destripador, pero la única similitud clara con el mismo es el modus operandi de los asesinatos, cortando a sus víctimas de abajo hacia arriba, empezando por los órganos sexuales. A pesar de lo duras que puedan ser para muchos (en Sitges todos vamos buscando barbaridades, pero fuera de eso la película no es ni mucho menos accesible para el gran público) ciertas imágenes Hasebe da un buen equilibrio al sexo y la sangre, consiguiendo un resultado bastante equilibrado.

El problema de estas películas es que muchas veces han envejecido muy mal, y los neófitos o poco versados en este tipo de producciones solo ven lo cutre de algunas escenas, lo dudoso de las interpretaciones o lo enfermizo de la combinación de sexo y violencia. Mención aparte hay que hacer al uso de la música en esta película, un horror con o sin envejecimiento… Aún así verla en pantalla grande y en 35 milímetros fue algo que pocas veces se puede hacer y eso se agradece.

Star of David: Beauty Hunting

Japón, 1979
Director: Noribumi Suzuki
Interpretes: Yatsushiro Natsuko, Sugawara Bunta, Ogawa Asami, Hano Hiromi
Duración: 100 min

Noribumi Suzuki es un director muy conocido en el cine japonés de los 60 y 70, con producciones tan destacables como “Red Peony Gambler” (1968) y un buen número de Pinkus para la Nikkatsu. En este caso nos ofrece la que es una de las más “infames” (dice la sinopsis del Sitges) películas de este género, sobre todo por sus premisas argumentales.

Tatsuya nació fruto de una violación. Ahora, convertido en un joven y rico millonario, la maldad intrínseca de su progenitor parece haber contagiado sus genes, y se dedica a seducir mujeres para luego secuestrarlas y someterlas a todo tipo de vejaciones. Una de sus víctimas logra escapar, pero al correr en busca de ayuda se da de bruces con el padre de Tatsuya, que la devolverá al cautiverio. De esta forma, la violación se convertirá en un pasatiempo familiar.

La degeneración como estilo de vida, quizás una especie de alegoría a la diferencia de clases… pero aún hay más. El título hace referencia a la “Estrella de David” y es que el protagonista sufre un malsano fetichismo con la cultura nazi, hasta tal punto que hay una escena tremenda de él eyaculando sobre una fotografía de Hitler, increíble pero cierto. Esto lleva a que en muchos comentarios se asemeje a los judíos con el mal o la lacra social, siempre desde el punto de vista de nuestro malvado protagonista, unos derroteros bastante desconcertantes. Al contrario que en su predecesora aquí la sangre y la muerte esta mucho más suavizada y se cambia por la tortura y la depravación sexual.

El acabado técnico es muy superior a la obra de Hasebe, con planos más cuidados y un resultado con muchos más toques de autor. Aun así la música sigue siendo una cosa horrible, aunque esto es algo más común en producciones de la época. En apariencia más pretenciosa y naif, sus recovecos argumentales y su duración excesiva hace que se nos haga larga y algo pesada, pero como ya he dicho verla en pantalla grande y en 35 no deja de ser un lujo.

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