kurenai no butaKurenai no buta
1992
Director: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki
Producción: Japan Airlanes, Nibariki, Nippon Television Network Corporation, Studio Ghibli
Música: Joe Hisaishi
Animation, adventures

Cuando el experimentado piloto militar italiano Marco Pagoto decidió dejar las fuerzas aéreas ante el auge del fascismo, fue víctima de un misterioso hechizo que lo convirtió en cerdo. “Prefiero ser un cerdo a un fascista”, asegura. Corren los años 30 y el piloto continúa vigilando los cielos del mar Adriático y boicoteando a los piratas y esto hace que sus enemigos contraten a un piloto americano para acabar con él: Donald Curtis. Con Curtis se enfrentará por el amor de Gina y por la libertad de Fio, mientras las fuerzas aéreas italianas fascistas les acechan.

La película está basada en el manga Zassō Nōto, Hikôtei Jidai (“Miscellaneous Memoranda, The Age of Seaplanes”) de Hayao Miyazaki, serializado en la revista de maquetas Model Graphix entre 1984 y 1990. En realidad, el director ya colaboraba desde hacía años en esta revista, desmenuzando modelos de los años 20 y exponiendo sus modificaciones y, a menudo, usaba cerdos antropomórficos como pilotos en esta sección, con lo que el manga no es más que una conclusión de estas colaboraciones. De hecho, la historia en el manga es mucho más ligera, ya que no deja de ser una declaración de amor por los aviones antiguos, en la que no aparece ni Gina ni ningún tipo de justificación del pasado del piloto.

El film, en cambio, combina el cine propio de la Edad Dorada de Hollywood con los cuentos clásicos más con un trasfondo mucho más complicado de lo que parece. Sin llegar a ser una crítica ácida, el director retoma el tono de Nausicaä del Valle del Viento (1984) y nos devuelve una Europa acechada por el fascismo. En un principio, estaba pensada para ser una animación de 45 minutos sobre un piloto de Japan Airlines retirado en Croacia cuyo cerebro se convierte en tofu a causa del exceso de trabajo: un corto con mucha acción y violencia, en respuesta a la plegaria de los fans que le rogaban que volviera al estilo de El Castillo de Cagliostro. De hecho, la JAL pensaba retransmitir en exclusiva la animación durante sus vuelos. Pero en el momento en el que el director comienza a trabajar en Kurenai no buta, estalla la guerra en la antigua Yugoslavia y Miyazaki decide situar la acción en el mar Adriático y dotarla de más seriedad. Por eso, Marco Pagoto (en honor a los italianos hermanos Pagot que trabajaron con Hayao Miyazaki en Sherlock Holmes) cuando ve como el fascismo asciende al poder una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, pierde la fe en la humanidad y se convierte en cerdo. Será la primera vez que Miyazaki utilice la metamorfosis en cerdo como signo de rechazo a la humanidad; lo reutilizará luego en La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001).

porco rosso

Podríamos decir que Kurenai no buta fue el film más personal de Miyazaki hasta el estreno de El viento se levanta (2013) porque refleja sus sueños y obsesiones, no sólo por lo que a la aviación respecta, sino por la animación ya que utilizó técnicas de animación tradicional. Napier sostiene que en ambas películas Miyazaki deja fluir su “tecnología de nostalgia y negación”, una tecnología ficticia de guerra en la que se siente una mezcla de culpa, nostalgia y negación como ciudadano de una nación que ha perdido un imperio. Yo diría más bien que la aviación es un pedazo de él; no olvidemos que el pequeño Miyazaki ya dibujaba aviones cuando su padre dirigía Miyazaki Airplanes. Otra cosa es que el director sea, como muchos otros artistas y pensadores japoneses de su generación, consecuente con la memoria y responsabilidad histórica de su país. Nostalgia sí pero negación no. A propósito de la negación de la responsabilidad histórica, Moist y Bartholow, señalan un aspecto muy particular de Porco Rosso y es cómo justifica el éxito del fascismo. El film implica que los “héroes” como Marco Pagoto fueron indulgentes y no lucharon contra la amenaza fascista. La complejidad moral típica de los personajes de Miyazaki se hace más latente en este film. De todos es sabido que el director siempre intenta en sus películas no presentar personajes malos por naturaleza sino en consonancia con sus vivencias o creencias: a menudo estos personajes deben escoger opciones que atentan contra su propia individualidad, para convertirse paradójicamente en humanos individuales que participan en su sociedad y Marco Pagoto claramente no ha recorrido este camino heroíco.

Además, me atrevería a establecer una estrecha conexión entre Nausicaä del Valle del Viento (1984), Porco Rosso (1992) y El viento se levanta (2013) que hace que funcionen como una auténtica trilogía. Dicha trilogía, en la línea de la argumentación de Napier, está más conectada con un Miyazaki más complejo y menos conocido que el Miyazaki de mensaje eco-pacifista. Este es un Miyazaki que se dirige directamente al público adulto y que refleja sus traumas personales y nacionales, y que nos muestra sus opiniones sobre el Japón de la época imperial y la responsabilidad histórica. Así, en la trilogía vemos a Marco Pagoto en los años 30 donde todavía hay esperanza; la esperanza de que la humanidad recobre la fe y no haya necesidad de una Segunda Guerra Mundial. Vemos también a Jiro Horikoshi en El viento se levanta, que vive también los años de preguerra pero en Japón aunque en este film no hay ni un ápice de esperanza; sólo sueños frustrados. Y finalmente, el escenario post-apocalíptico del Valle del Viento en el que vive Nausicaä, en el que la humanidad sólo podrá redimirse a cambio de un sacrificio.

Marco Pagoto es sin duda mi héroe miyazakiano preferido; adoro los matices que ha creado en su personalidad el director. A pesar del horror de ver morir a sus compañeros durante la guerra y de haber perdido la fe en el ser humano, sigue luchando contra los piratas, luchando contra el mal, aunque no haya decidido su rol como humano individual que participa en el mundo. Por primera vez en su filmografía, el argumento se centra en una figura masculina pero para poder volver a creer en la humanidad, necesita ser salvado y ahí es donde entra la joven ingeniera de aviones Fio que le obligará a confrontar su humanidad y reconstruirá su fe y su corazón. Aunque el espectador no puede ver que Marco se convierta otra vez en un humano, la insistencia de Curtis en querer ver la cara de Marco desvela que gracias al amor de Gina y a la inocencia de Fio, el piloto vuelve a confiar en la humanidad y consigue volver a ser humano. De una manera igualmente sutil Miyazaki resuelve el desenlace de la historia de amor entre Gina y Marco. Dos pistas nos dan en la película: primero cuando Marco recuerda volar con el primer marido de Gina quien lleva el número uno en su avión indicando que es el primer marido de Gina, mientras Marco lleva el número cuatro de cuarto marido. Y segundo, al final de la película cuando Fio vuela de vuelta a Milán y se ve el avión de Marco atracado en el jardín privado de Gina, indicando que Gina cumplió al fin su promesa de casarse con él.

porco rosso

Vemos también la habitual heroína de Miyazaki en los dos personajes femeninos: Gina una mujer que, a pesar de que su vida ha estado llena de tragedias, se ha crecido ante la adversidad, en vez de convertirse en víctima; y Fio que encarna la inocencia y el espíritu de lucha. Pero también lo vemos en las mujeres de la familia Piccolo que, ante la ausencia de los hombres, han tomado las riendas del negocio y son capaces de trabajar en equipo para conseguir su objetivo. Sin duda, la habitual solución que nos propone el director ante cualquier crisis: la comunidad. Y al mismo tiempo un crítica y una pregunta lanzada al aire a modo de reflexión: ¿cuando y cómo una sociedad productiva basada en la comunidad se convierte en una sociedad totalitaria? Pero al final, como en todas las historias de Miyazaki, siempre hay esperanza.

Bibliografía

CAVALLARO, Dani.  The Anime Art of Hayao Miyazaki.  North Carolina: McFarland, 2006, pp. 212.
McCARTHY, Helen. Hayao Miyazaki: master of Japanese animation: films, themes, artistry. Berkeley: Stone Bridge, 2008.
MOIST, Kevin M.; BARTHOLOW, Michael. “When Pig Fly: Anime, Auteurism, and Miyzaki’s Porco Rosso”. En: Animation: An interdisciplinary journal, 2 (1). Pp. 27-42
NAPIER, Susan. Technology of Nostalgia and Denial, [en línea]. <http://susanjnapier.com/?page_id=21> [7 de marzo de 2015]

Redacción: Sabrina Vaquerizo (@svaquerizo)

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